La caída del precio de barril de petróleo en el mundo de más de un 50% en el último año comenzó a evidenciarse con fuerza en las cuentas públicas. El Gobierno se está ahorrando miles de millones de dólares en el pago que mensualmente realiza por la energía que importa desde el exterior. Según los últimos datos actualizados por la Secretaría de Energía, de enero a junio de este año el Estado desembolsó u$s 2.865,42 millones por las compras de crudo y de gas. Durante el primer semestre de 2014, la suma totalizó en u$s 5881,78 millones, lo que implica una reducción de un 51% y un ahorro de u$s 3000 millones. La cifra no es desdeñable: representa nada menos que casi un 10% de las reservas con las que hoy cuenta en sus arcas el Banco Central (BCRA), según publicó El Cronista.
Esto se explica en gran parte, porque un barril de crudo más barato incide también en el precio de sus derivados, como las naftas, gasoil y fuel oil. Pero también se retrajo la cifra de cantidades importadas. La caída fue de 30% en términos interanuales. El Gobierno atribuye un menor volumen de importaciones a una mayor producción de hidrocarburos local, mientras que en el mercado apuntan que una actividad económica estancada también influye en esa merma.
Aún con las bondades que trae un crudo más barato se estipula que este año la factura de energía también terminará en rojo en un nivel elevado: se proyectan unos u$s 5000 millones. El año pasado el déficit de la balanza energética superó los u$s 6500 millones. Y es que si bien el costo de las importaciones está cayendo, también lo hacen las exportaciones, por las que se paga menos. En una reunión con empresarios esta semana, el ex presidente de Shell, Juan José Aranguren, señaló que el ahorro energético se explica por los menores precios del crudo en el mundo y no porque haya bajado el consumo, que, a su criterio, es a lo que debería apuntar la próxima administración para evitar el «despilfarro energético que se evidenció en los último años» y para lograrlo consideró que «hay que modificar conductas en la demanda y generar conciencia de lo que cuesta ese nivel de consumo».