La nula recuperación del precio internacional del barril de petróleo, junto con el cambio de nombres y del horizonte político en el ámbito local, culminaron por congelar todas las expectativas creadas en torno al desarrollo del megayacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta. Según consignó iProfesional, fuera del «boom» del que se hiciera alarde en los últimos años, la «joya energética» de la Argentina hoy dejó de brillar. Esto queda reflejado en el parate en las obras que, por otro lado, mantiene en terapia intensiva a toda la economía de la provincia de Neuquén. La continua desactivación de equipos de perforación que se concentran mayormente en la localidad de Añelo -epicentro de la cuenca de no convencionales- hace que más de 2.000 trabajadores hoy día estén bajo un régimen de jornada reducida y sujetos a programas de crisis. En ese sentido, Darío Díaz, intendente del pueblo neuquino, dijo que prácticamente todas las compañías que operan en esa área pusieron en «off» sus unidades de exploración de reservas. Además remarcó que -a diferencia de lo que venía ocurriendo en los últimos tres años- Añelo experimenta una reversión en la llegada de nuevos pobladores. Es decir, un proceso contrario al que se dio hasta hace poco tiempo, cuando muchos se acercaban atraídos por una bonanza económica que quedó en el terreno de las promesas. «Duplicamos la población en tres años pero ahora transitamos en un camino opuesto. Tenemos personas que se están yendo a Neuquén y a otros puntos de la provincia porque acá las posibilidades se congelaron. Hoy tenemos muchas casas desocupadas en Añelo», reconoció el intendente.