El ministro de Energía, Juan José Aranguren, quiere firmar la semana la adenda al Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) que se aplicará en proyectos no convencionales de petróleo y gas, que viene discutiendo desde hace un mes con el líder del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Guillermo Pereyra, y las principales empresas petroleras (YPF, Pan American Energy y Tota). El Inversor Online adelantó los puntos más significativos de ese documento.
Sin embargo, aún no hay acuerdo sobre una serie de aspectos centrales, que podrían dilatar –o incluso imposibilitar- la rúbrica del acuerdo, uno de los encargos personales que el presidente Mauricio Macri le encomendó a Aranguren.
En líneas generales, son cuatro los puntos en los que aún no existe entendimiento entre las partes, según explicaron a este medio allegados a Pereyra, que tampoco ve con buenos ojos que las empresas quieran avanzar en la discusión en torno a la mejora de la productividad sin ofrecer a cambio un incremento de la inversión o, en todo caso, la certeza de que la actividad en los campos no se verá resentida.
Los principales puntos que cuestiona el gremio son:
1) Dotación de las cuadrillas de los servicios petroleros. Un equipo de fractura opera hoy con 23 operarios. Las empresas productoras quieren reducir esa cifra hasta las 13 personas. Los gremios quieren una dotación mínima integrada por 17 empleados. Según cálculos de las compañías, la retracción de la dotación de las cuadrillas de servicios petroleros (fractura, coiled tubing y wire line) implicará la desafectación de entre 800 y 1500 trabajadores petroleros en la cuenca Neuquina.
2) Multifuncionalidad: en el marco de la operación de un equipo torre, las empresas pretenden que el trabajador ‘peón boca de pozo’ sea “polivalente y tenga una flexibilidad funcional” a fin de realizar una serie de tareas que hoy se brindadas por otros operarios. A modo de ejemplo, la industria pretende –tal como sucede en otras partes del mundo- que un mismo trabajador realice tareas Torqueado de BOP, manifold, lubricadores, pruebas hidráulicas, montaje y desmontaje de mantas oleofílicas y armado de Spoolers de Electrosumergible, entre otras. Se apunta, a su vez, a ganar en eficiencia operativa al mejorar los tiempos de operación.
3) Servicios periféricos: las empresas pretenden que los trabajadores encuadrados en tareas de seguridad, catering y alimentación y limpieza, entre otras, cobren salarios que estén en línea con cada sector de referencia y no sueldos equivalentes a los que recibe un operario de campo.
4) Cambio de régimen laboral. Las empresas quieren que se establezca un diagrama de trabajo de 2×1, es decir, dos de trabajo por uno de descanso, en lugar del 1×1 que se aplica hoy. En la práctica, implicaría que la jornada de trabajo en un equipo torre sea de 14×7 en lugar del 14×14 que existe en la actualidad.
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