Ayer fue un día de reuniones de alto nivel en el sector petrolero local. Ali Moshiri, presidente para África y América latina del gigante petrolero estadounidense Chevron, estuvo en Buenos Aires para avanzar en una cuestión que lo desvela: sellar un acuerdo con YPF para explotar el yacimiento Vaca Muerta . «El día fue muy productivo. Empezó y terminó con Miguel [Galuccio, presidente de YPF] . Las cosas marchan en la dirección correcta», reconoció Moshiri en diálogo telefónico con La Nación. El ejecutivo iraní, que llegó ayer a la mañana, hablaba desde la torre de cristal que la petrolera estatal tiene en Puerto Madero. Moshiri dijo que estaba todo listo para pasar a la próxima etapa. ¿Cuál es esa próxima etapa?, se le preguntó. «Son cuestiones comerciales. Hicimos un gran progreso y el Chevron team va a seguir aquí para finalizar algunas cuestiones», contestó sin entrar en detalles. Justamente los detalles no son menores. Sucede que a fines del año pasado, el juez argentino Adrián Elcuj Miranda estableció el congelamiento de varios activos de Chevron en el país para cumplir un eventual resarcimiento de 19.000 millones de dólares que pide una ONG de Ecuador. El caso refiere a un hecho de contaminación que se produjo en el área del Amazonas hace varios años. La ONG nunca logró trabar un embargo sobre los bienes de la petrolera hasta que el juicio llegó a la Argentina, de la mano del abogado Enrique Bruchou. ¿Qué dijo Moshiri sobre el asunto? «Los asuntos legales van en forma separada y por otro carril que los proyectos de YPF. Mis discusiones con Miguel [Galuccio] tratan sobre Vaca Muerta y cómo lo desarrollamos «, contestó. Moshiri estuvo en la Argentina a la mañana. Además de los encuentros con Galuccio, tenía agendadas dos reuniones: una con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y otra con el ministro de Justicia, Julio Alak. No hubo información sobre si efectivamente se llevaron a cabo esas citas. Más allá de que, como dijo Moshiri, las negociaciones van por cuerda separada, la parte legal importa mucho tanto a la petrolera estatal argentina como a la norteamericana. Al menos tres estudios coordinan la estrategia judicial de Chevrón en Buenos Aires, que incluye desde la defensa en sede civil y comercial hasta querellas penales. «La pelea va para largo», dijo una fuente que participa en las reuniones en las que se evalúa la estrategia de una de las dos partes. Tampoco Moshiri las tiene todas consigo dentro de la corporación. Según pudo saber LA NACION, existen ciertas divisiones en el directorio de la compañía respecto de las inversiones en la Argentina.
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