La petrolera anglo-holandesa Royal Dutch Shell alcanzó un acuerdo para vender la mayor parte de sus activos canadienses de arenas bituminosas por 8.500 millones de dólares, convirtiéndose en la última petrolera internacional en salir de unos proyectos costosos que además generan más CO2.
Shell está intentando vender activos por un total de 30.000 millones de dólarespara reducir su deuda tras la adquisición de BG Group por 54.000 millones de dólares. También está bajo la presión de los inversores para mitigar los riesgos del cambio climático.
Además de anunciar la desinversión en Canadá, Shell señaló que un 10 por ciento de los incentivos salariales de su directivos estará ahora vinculado a la forma en que se gestionan las emisiones de gases con efecto invernadero en refinación, químicos y upstream (exploración y producción).
Los analistas aplaudieron el acuerdo, que contempla la venta de los intereses de Shell en arenas bituminosas canadienses existentes y no desarrolladas a Canadian Natural y una reducción de su participación en el proyecto Athabasca (AOSP) del 60 al 10 por ciento.
Shell también está comprando la mitad de Marathon Oil Canada Corporation, lo que lleva el valor del acuerdo a los 7.250 millones de dólares y el total desinvertido a unos 20.000 millones de dólares, mientras sigue con sus planes para vender activos por 30.000 millones hasta finales de 2018.
Otras petroleras, como Exxon Mobil, Conoco Phillips y Statoil, han vendido o ajustado a la baja el valor de sus activos canadienses en arenas bituminosas.
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