El presidente Mauricio Macri anunciará el viernes la puesta en marcha del cuarto tramo del Plan Maestro Integral Cuenca del Río Salado, la megaobra de ingeniería hidráulica que promete atenuar el impacto de las inundaciones en la provincia de Buenos Aires para 2020, cuando esté concluida.
La cuenca del río Salado se extiende por el centro y norte de la provincia de Buenos Aires a lo largo de casi 650 kilómetros. Recibe afluentes de Córdoba, La Pampa y el sur de Santa Fe que desembocan en la Bahía de Samborombón. Se trata en su mayor extensión de un río de llanura, condición que complica su fluido cauce y deriva, entre otros factores, en la anegación de los campos.
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) sostuvieron el mes pasado que en esas provincias hay unos 10 millones de hectáreas afectadas por las inundaciones. Aunque las autoridades no se atreven a hablar del fin de las inundaciones, una vez terminada la obra las mismas deberían menguar. La promesa no es menor. Cambiemos se alzó en las PASO con la mayoría de los municipios bonaerenses que viven de la actividad del campo y estima que mantendrá ese grueso de votantes. Con este panorama llegará Macri para dar el puntapié inicial.
Las obras apuntarán a adecuar, ensanchar y profundizar el cauce del río de modo de permitir el escurrimiento encausado de mayores caudales. Esperan recuperar 1.300.000 de hectáreas que se encuentran inundadas, anegadas o con excedente hídrico.
La ejecución del Plan Maestro se dividió en cuatro etapas. Cuando Cambiemos llegó al gobierno a fines de 2015 las dos primeras ya estaban terminadas. Los funcionarios de la subsecretaría de Recursos Hídricos que comanda Pablo Bereciartua se encontraron con la ejecución del tramo tres en marcha, pero con pagos atrasados y deudas. A partir de una decisión política se regularizaron las cuentas y se encaró la ejecución del cuarto, la etapa más larga (aproximadamente 200 km).
“Estamos comenzando obras fundamentales para el desarrollo productivo de la región pampeana que deberían haberse terminado hace muchos años y hoy están anegadas producto de falta de obras y planificación”, sostuvo Bereciartua.
El tramo cuatro que lanzará Macri en los próximos días tendrá un costo de u$s 1000 millones, repartidos entre Nación (u$s 700 millones) y la provincia de Buenos Aires (u$s 300 millones). De lo correspondiente a Nación, u$s 100 millones ya fueron adjudicados a una empresa y dos UTE (Unión transitoria de empresas): Pentamar, Dyopsa-Supercemento y Helport-Chediak, ambas con abultada experiencia en obras hidráulicas. Los u$s 600 millones restantes se reparten en una licitación bajo la modalidad de contrato de pago diferido a cuatro años lanzada días atrás y una licitación tradicional. Por su parte, la Provincia lleva adelante su propia licitación que respaldará con un crédito del Banco Mundial.
Al respecto, el funcionario precisó que “el trabajo conjunto con la Provincia de Buenos Aires y con el resto de las provincias en los comité de cuenca nos ha permitido licitar y comenzar en tiempo récord y priorizar las obras necesarias para disminuir el impacto de las inundaciones, adaptar el territorio al cambio climático y proteger bienes productivos y a miles de vecinos”.
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