Al menos cuatro jugadores del mercado local –YPF, Bridas, Pluspetrol y Tecpetrol– quieren quedarse con los negocios de la petrolera brasileña. Los campos petroleros con acceso a recursos no convencionales de hidrocarburos, el mayor interés de los oferentes.
Petrobras quiere vender parte de sus activos en la Argentina, pero quedarse con el managment de algunas empresas estratégicas. Para encarar el proceso contrató al Scotiabank Brasil, que tiene el mandato de venta y fue el encargado de contactar posibles compradores. Ya conversó con cuatro, incluida YPF. Los otros tres son también de capitales argentinos: Pluspetrol, Tecpetrol, del grupo Techint, y Bridas, de los Bulgheroni y la china Cnooc.
Según confirmaron a El Inversor Energético & Minero empresarios que están participando de las negociaciones, la solución preferida por Petrobras apunta a vender un 30% del paquete total de sus activos en el área energética, aunque aspira a mantener el control sobre el managment de activos clave, como Mega, una de las grandes petroquímicas de Bahía Blanca, que exporta buena parte de su producción a Brasil.
El interés de Pluspetrol en el negocio de la brasileña responde a poder incrementar su presencia en el upstream de la cuenca Neuquina. Con una oferta de casi 6.000 m∂/día de crudo y más de 10,2 MMm∂/día de gas, Petrobras es la tercera petrolera del país y titular de varias de las principales concesiones hidrocarburíferas de Neuquén.
“Para nosotros, la negociación con Petrobras sólo tiene sentido si incluye a los bloques de la cuenca, en especial a los que cuentan con mayor potencial en materia de recursos no convencionales”, señaló a este medio un alto directivo de la compañía. “Los activos del downstream (entre los que figuran participaciones en la transportadora de gas TGS, la eléctrica Edesur y la refinería de Bahía Blanca) sólo son residuales, en especial los del área de distribución eléctrica, un sector muy complicado. La operación únicamente nos interesará si Petrobras incluye las áreas que tienen acceso a Vaca Muerta”, completó.
La lectura de Tecpetrol es diferente. Complicada por la integración de Bridas Holding, controlante de Pan American Energy, que compró la refinería de Campana de ExxonMobil para procesar su propio crudo, la petrolera de Techint empezó a perder, mes a mes, volumen de venta para el crudo que extrae del Golfo San Jorge, desde el yacimiento El Tordillo. Hoy incluso destina un porcentaje de su oferta a abastecer a refinerías menores, conocidas en el sector como “refipymes”.
“Si bien precisa muchas inversiones, la refinería de Bahía Blanca es una buena opción para agregar valor a la producción que hoy no podemos colocar entre los grandes refinadores”, explicó un gerente de Tecpetrol, que también posee interés en los campos petroleros de Petrobras en Neuquén, una cuenca donde tiene escasa presencia.
Remake
La pelea entre Pluspetrol y Tecpetrol –los representantes locales de la industria petrolera– es una remake de la que sostuvieron hace algunos años por la compra de la canadiense Petro Andina Resources, un importante productor de crudo. El negocio finalmente quedó en manos de la primera, que a raíz de esa compra pudo incrementar significativamente su oferta de crudo (hoy aporta 6.300 m∂/día).
“Ante la imposibilidad de girar utilidades al exterior, la compra de activos atractivos como los de Petrobras se convirtió en una opción interesante”, analizaron allegados a Tecpetrol.
La posición de Bridas –de la familia Bulgheroni– es similar a la de Pluspetrol. La petrolera no tiene interés en incorporar una nueva refinería, más cuando está invirtiendo u$s 800 millones para ampliar la que acaba de comprar en Campana. “La de Bahía Blanca es una planta chica, a la que le falta inversión, y con escasa capacidad de conversión. Es una destilería que tiene muchos problemas”, cuestionó un ingeniero del área de Refinación de Bridas Energy. “Sin embargo, si Petrobras vende los campos petroleros de Neuquén (donde los Bulgheroni quieren ganar presencia), la operación tomará otro color”, completaron.
La lectura de YPF, por último, también prioriza la posibilidad de acceder a áreas petroleras con un interesante potencial geológico, que además, en muchos casos, son colindantes a otras que ya están concesionados a la mayor petrolera del país, que ahora es controlada por el Estado nacional. Esa condición podría ser determinante, a su vez, para impulsar el ingreso del Estado –a través de YPF– en áreas claves del negocio energético, como el transporte de gas y la distribución de electricidad.
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