En los días de mayores temperaturas, los equipos de aire acondicionado demandaron hasta 4.500 Mw del suministro eléctrico, de picos de demanda que rondan los 21.500 Mw. Por otro lado, las empresas de distribución estiman que, a partir de la creación de los nuevos cargos tarifarios, podrían empezar a concretar mejoras en las redes eléctricas en el segundo trimestre de 2013.
El martes 4 de diciembre la demanda superó los 21.000 megawatts (Mw) de energía eléctrica, todavía por debajo del récord histórico registrado el 7 de febrero de 2012, de 21.907 Mw. La temperatura en Buenos Aires y en buena parte del centro y norte del país superaba los 35 °C de sensación térmica.
Un día más tarde, chaparrón mediante, el calor se disipó y el termómetro de la Capital y alrededores –la principal área de consumo de energía– no rebasó los 25 °C. A tono, la demanda eléctrica de ese día tuvo un pico máximo de 17.500 Mw.
La diferencia de casi 4.500 Mw entre un día y otro se explicó, mayoritariamente, por el uso de equipos de refrigeración activos en los hogares, cuya tasa de encendido cayó bruscamente de martes a miércoles. Así lo entienden desde Cammesa, la empresa que administra el mercado eléctrico, donde están preparando un estudio detallado para ponderar en detalle cuál es el peso específico de los aires acondicionados en el sistema eléctrico.
Artículo de lujo en los 90, el uso de equipos de refrigeración se masificó en los últimos años de la mano de tres factores complementarios: la baja de los precios de venta, la política de crédito a la venta de electrodomésticos y el congelamiento de las tarifas eléctricas, que incentivaron el consumo eléctrico.
“Si bien es complicado saber qué porcentaje de la demanda eléctrica responde específicamente a los equipos de frío, cada vez es más evidente que su importancia en la totalidad del despacho fue in crescendo en los últimos años”, afirmaron desde Cammesa.
En la industria calculan que los aires acondicionados instalados en los hogares pueden representar más de un 20% del consumo total de energía durante el verano: de los 21.000 Mw que se consumen en horas pico de un día caluroso, de más de 30 °C, los equipos residenciales de refrigeración pueden representar entre 3.500 y 4.500 Mw, cuantificaron desde una de las grandes distribuidoras del país.
Reforzar la caja
El uso creciente de estos equipos es uno de los disparadores de la demanda de energía, que puso contra las cuerdas al sistema eléctrico, en especial al segmento de distribución. Sin embargo, esa situación podría cambiar cuando promedie el año entrante.
Es que los cargos fijos en las tarifas de luz creados por el Gobierno para financiar mejoras en las redes de distribución contribuirán a recomponer de forma significativa la complicada situación financiera que atraviesan Edenor y Edesur, las grandes distribuidoras del país. Según cálculos que realizan en el sector eléctrico, si bien en la práctica el dinero recaudado por los cargos será manejado por una unidad dependiente del ente regulador (Enre) y de Cammesa –la empresa que administra el mercado eléctrico–, los aumentos en las boletas residenciales elevarán hasta en un 40% los ingresos con los que cuentan las empresas para enfrentar la operación diaria del sistema eléctrico.
Edenor y Edesur recaudan anualmente vía tarifaria alrededor de $ 2.000 millones, de los cuales cerca de un 35% es destinado a la compra de energía que luego venden a través de la redes. Con los $ 1.200/1.300 restantes, solventan los gastos operativos del sistema, el mantenimiento del tendido de las líneas, la adquisición de insumos y la creciente carga salarial, entre otros ítems. Con los $ 500 millones anuales extras que recaudará cada distribuidora a partir de los incrementos tarifarios –cuantificaron dos directivos del sector–, las empresas oxigenarán su caja. “En lugar de contar con $ 1.200 millones por año, cada compañía tendrá $ 500 millones más para encarar obras de mantenimiento y ampliación”, explicaron a El Inversor Energético & Minero las fuentes consultadas.
El nuevo esquema tarifario, que rige desde el 1 de noviembre, se aplicará con montos fijos, que irán desde $4 hasta $150 por bimestre en el consumo residencial de luz para el área metropolitana. En la actividad comercial, las subas llegan hasta $ 300 cada dos meses.
La incorporación de estos cargos fijos se hará de acuerdo con el nivel de consumo. En las facturas de luz, el 72% de los hogares recibirá las sumas más chicas, de entre $ 4 y $ 10. “Si todo sale según lo previsto, en los próximos meses se podrá avanzar con las primeras obras de optimización de las redes distribución, que por el congelamiento tarifario se encuentran muy deterioradas”, advirtieron desde una generadora. “Es probable que las obras no lleguen lo suficientemente rápido para evitar cortes en el verano, pero al promediar el otoño podrían verse las primeras mejoras”, agregaron.
Subsidios
A través de la Resolución 2016 de la Secretaría de Energía, el Poder Ejecutivo estableció que las empresas encargadas de la distribución eléctrica que no abonen en tiempo y forma la factura de electricidad a favor de Cammesa dejarán de percibir los subsidios que inyecta el Estado nacional. No se trata de una cuestión menor: en promedio, las distribuidoras pagan sólo un 30% del precio estacional de la energía, fijado en $ 320 por Mwh. El resto lo cubre el Tesoro por medio de subvenciones.
La medida de la cartera que dirige Daniel Cameron busca poner en vereda a las grandes distribuidoras –como Edenor, Edesur y Edelap, entre otras– que desde mediados de año dejaron de pagar la totalidad de la factura mensual de compra de energía a Cammesa por problemas económicos. Alegan que a raíz del congelamiento tarifario no pueden cubrir el alza de los costos operativos y de la mano de obra local.
Según números del mercado, el rojo de las distribuidoras con la administradora supera los $ 1.100 millones. Entre los mayores deudores se encuentran Edesur, de Endesa, y Petrobras, con un rojo de más de más de $ 260 millones; Edenor –la mayor empresa del sector, en manos de Pampa Energía–, que debe más de $ 150 millones, y Edelap (-$ 110 millones).
Cammesa subsidia buena parte de la energía que distribuyen los privados. Así, por ejemplo, Edenor paga $ 83,98 por Mwh contra los $ 320,77 que debería abonar si no estuviese subvencionada; Edesur aporta $ 88,21 (contra $ 319,82), y Edelap, $ 105,45 (contra $ 321,05).
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