La petrolera controlada por el Estado nacional apunta a expandir la capacidad productiva del complejo, además de adaptar los combustibles elaborados a los nuevos estándares del mercado. La idea es que un 70% de la producción sea baja en azufre.
Al presentar su Plan Quinquenal de Inversiones en Wall Street, YPF confirmó la ejecución de diversas obras e iniciativas productivas hasta el año 2023. Entre ellas incluyó una inversión de más de u$s 1.000 millones en la refinería de Luján de Cuyo, ubicada en el departamento homónimo de la provincia de Mendoza.
Según explicó el CEO de la empresa, Daniel González, el desembolso anunciado no sólo superará al que tendrá lugar en la refinería de La Plata, sino que también será el más significativo desde la construcción del complejo industrial mendocino, que fue inaugurado a fines de 1940. Hasta el momento, la destilería dispone de una capacidad de refinación de alrededor de 105.500 barriles de crudo por día. Adicionalmente, posee una capacidad de conversión equivalente y un Índice de Complejidad Solomon (que es un emblemático cuantificador de eficiencia dentro de la industria) de 10,8.
En Luján de Cuyo se elaboran prácticamente todos los productos que YPF comercializa a escala nacional. Gasoil, gasoil minero, gasoil agro, JP1, kerosene, nafta súper, nafta virgen, propano, propileno y butano son algunos de ellos.
La última gran ampliación llevada a cabo en la refinería se completó a mediados de 2013, cuando fueron lanzadas las unidades de Hidrotratamiento de Gasoil (más conocida como HDS III) y de Naftas (HTN II). En estos proyectos se invirtieron cerca de u$s 170 millones y u$s 188 millones, respectivamente. Además de la infraestructura de procesamiento de combustible, dentro de sus 432 hectáreas (Has) la destilería alberga una importante reserva ecológica. Con los u$s 1.000 millones comprometidos para los próximos cinco años, Luján de Cuyo no sólo expandirá su capacidad instalada, sino que además optimizará la obtención de nafta y gasoil a partir de las nuevas especificaciones internacionales de contenido de azufre. “Queremos tener un 70% de nuestra producción baja en azufre en base a los estándares fijados en el Acuerdo de París”, explicó González.
Metas ambiciosas
El año pasado el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, se hizo presente en Luján de Cuyo junto con el gobernador Alfredo Cornejo para monitorear el grado de avance de las obras de mantenimiento planificado, la inspección y el control de equipos e instalaciones en las unidades Isomax, Hidrógeno I, Gascón I, Topping III y Coke I. A la realización de dichas tareas, la petrolera destinó más de u$s 100 millones.
La intención de la compañía, que hoy compra alrededor de un 20% del crudo que refina, es que a sus instalaciones llegue petróleo proveniente en su totalidad de sus propios pozos. En tres años, de hecho, busca alcanzar el autoabastecimiento.
El principal objetivo que se planteó la organización en el rubro del Downstream pasa por elevar hasta un 15% su capacidad total de procesamiento para finalmente producir alrededor de un 20% más de nafta y gasoil. En paralelo, YPF procurará incrementar un 150% su producción de recursos hidrocarburíferos no convencionales y llegar a los 1.700 pozos de esa clase en cinco años. ›|‹
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