Un informe preparado para la Cámara Minera de San Juan sostiene que en 14 años, desde el 2004 hasta el 2018, el nivel de actividad económica de la provincia creció un 65%, mientras que en el mismo período el índice de la Nación aumentó sólo un 49%. Ese incremento se explica, según el estudio, por el impacto de la megaminería, que durante este tiempo se ha venido manteniendo por el desarrollo de 3 emprendimientos, Veladero (Iglesia), Casposo (Calingasta) y Gualcamayo (Jáchal).
Un dato que sirve para explicar ese fenómeno es que mientras en el 2004 las exportaciones locales ascendieron a los 320 millones de dólares, en el 2018 llegaron a 1.290 millones de dólares, es decir que se registró un crecimiento del 303%.
Cuando se habla del crecimiento de la actividad económica, lo que se analiza es el Producto Bruto Geográfico (PBG), que es el indicador del valor de los bienes y servicios producidos por una economía, en este caso la de San Juan, en un momento del tiempo.
«En ese período, San Juan pasó a ser una provincia exportadora y creadora de mano de obra especializada en minería», explicó el titular de la cámara, Mario Hernández. Y agregó que «no nos conformamos con esto sino que creemos que San Juan puede crecer el doble o el triple, pero para eso hacen falta nuevos proyectos y ese es el gran desafío».
El estudio consigna «lo que motorizó la economía sanjuanina es la minería, que se empieza a notar más con la primera colada de Veladero en el 2005».
Una muestra del crecimiento lo da el impacto que han tenido tanto la minería industrial y la de rocas de aplicación, sumada la metalífera que, mientras en 1993 al igual que en el 2003, tenían una nula incidencia en el PBG de San Juan, pero que en el 2003 entre todas ellas pasaron al 14%, y en el 2017 representaron el 12%. Esa situación se explica, según fuentes del sector, en que los 3 proyectos en explotación están «maduros», e incluso uno de ellos, Casposo, dejó de producir, y a la falta de nuevos emprendimientos.
Fuente: Diario de Cuyo
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