En la vecina provincia pretenden avanzar en 15 proyectos mineros, que contemplan el uso de cianuro, pero prohíbe el mercurio.
El Gobierno mendocino comenzó a poner el agenda el debate de la minería a cielo abierto y enfrenta los primeros debates sobre los mitos de la contaminación. Para esto, desde la subsecretaría de Energía y Minería que opera por estas horas en la vecina provincia salió a poner a San Juan como ejemplo del sistema que se utiliza para la no contaminación y el uso escaso del agua para este fin.
Según contó Diario Uno, el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú, explicó que «las tres mineras de San Juan, trabajando juntas no consumen el 1% del agua, eso es 400 litros por segundo. El río Jachal es un río de 10.000 litros por segundo y no se puede medir algo que vaya por debajo de los 500 metros por segundo, lo que significa que si todas las minas de San Juan estuvieran operando juntas no te darías cuenta en el caudal del río, porque esa ínfima cantidad no se puede medir».
Guiñazú salió al cruce de los cuestionamientos del proyecto de reforma de la ley antiminera 7722. Además explicó por qué el proyecto contempla el uso de cianuro pero mantiene la prohibición sobre el uso del mercurio.
El funcionario aseguró que hoy hay unos 15 proyectos mineros en la provincia, «que avanzarían en lugares en donde no chocarían con el ordenamiento territorial» y que de aplicarse, la minería en Mendoza «usaría el 1% del agua disponible».
A dos días de haberse conocido el proyecto de Rodolfo Suarez que ingresó a la Legislatura para reformar la ley 7722, Guiñazú salió al cruce de los detractores de la posible reforma.
«Hoy hay unos 15 proyectos mineros en la provincia en zonas en donde sabemos que se puede trabajar, en donde la actividad va a ser bien recibida y no va a tener problemas con el ordenamiento territorial de los municipios. Hay que recordar que las comunas tienen autonomía para definir su ordenamiento y nadie va avanzar sobre lugares donde la actividad sea rechazada», remarcó.
A modo de ejemplo, el funcionario se refirió a la situación del posible avance de la minería en el Valle de Uco, en donde la actividad tiene un fuerte rechazo y hay una importante cantidad de zonas y parques protegidos. «Nadie plantea poner una mina arriba de la Laguna del Diamante y es frustrante que a la gente le metan miedo con ese tipo de afirmaciones», señaló apelando a una exageración.
El ínfimo uso del agua
Otro de los mitos que rebatió Guiñazú fue el del uso del agua que hace la minería, afirmando que esa cantidad «es ínfima y no compite con ningún otro uso del agua a nivel económico ni con el uso humano».
De acuerdo a sus estadísticas esa dicotomía no existe y echó mano a la experiencia sanjuanina para fundamentarlo.
«Las tres mineras de San Juan, trabajando juntas no consumen el 1% del agua, eso es 400 litros por segundo. El río Jachal es un río de 10.000 litros por segundo y no se puede medir algo que vaya por debajo de los 500 metros por segundo, lo que significa que si todas las minas de San Juan estuvieran operando juntas no te darías cuenta en el caudal del río, porque esa ínfima cantidad no se puede medir», insistió.
Acercando la posibilidad de que avancen los proyectos mineros en la provincia, Guiñazú aseguró que el problema de la falta de agua en Mendoza no está atado al posible uso que pueda hacer la minería, sino a la falta de infraestructura que podría saldarse con la inversión que deje la misma minería.
«El 95% del agua de la provincia va a la agricultura, que va a riego, con una eficiencia promedio del 50%. Nosotros haciendo pequeñas inversiones en eficiencia de riego, haríamos disponible mucha más agua que la puede consumir la minería en el escenario más optimista en 10 años. Por ahí escuché que la minería pondría en riesgo el agua de uso potable, eso es una locura, si eventualmente en algún lugar hubiese un problema de agua, no se aprobará y punto, tenemos a la gente de Irrigación y Secretaría de Ambiente para que nos informe eso», rebatió.
Por qué mercurio no y cianuro sí
Entre los cambios que preve el proyecto de reforma de la ley 7722, resalta elque modifica el artículo 1 en donde se detallaba que se prohibía el uso de cianuro y otras sustancias peligrosas. En la nueva letra sólo se prohíbe el mercurio.
«El mercurio es una sustancia extremadamente tóxica que tiene resultados irreversibles, una vez que entra en el medio ambiente o un ser vivo no se puede remover y tiene efectos nocivos a largo plazo. Hoy no se usa obligatoriamente, hoy hay alternativas para separar por ejemplo el oro de la tierra, hoy sólo se usa en la minería artesanal. La persona que está en contacto con eso termina terriblemente enferma», explicó Guiñazú.
Paralelamente señaló que el cianuro tiene un impacto ambiental que cuantificó como mínimo.
«El cianuro, en cambio, es noble desde el punto de vista industrial, no explota, no es cancerígeno, no es mutágeno y no es biotransmisible. Supone que un pescado se muere envenenado con cianuro, si te comes ese pescado no te pasa nada. Se diluye o desaparece en cortísimo plazo. Si algo se mezcla con solución cianurada, se deposita en forma de sal en forma inerte, el riesgo de impacto ambiental o en la salud, es mínimo o nulo»,concluyó.
Una dirección con presupuesto propio
Ante el pedido del gobernador Rodolfo Suarez, ahora la nueva Dirección de Minería, que estará a cargo de Santiago Fernández, quien desarrolló un plan bien valorado en el área del petroleo.
«El gobernador nos pidió trabajar con los más altos estándares en minería y por eso vamos a tener un presupuesto específico para esa dirección con la intención de avanzar como se hizo con el petróleo», remarcó Guiñazú. Fuente: Sanjuan8.com
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