El grupo McEwen decidió reformular el emprendimiento cuprífero Los Azules con el objetivo de paliar el incremento de los costos en dólares y garantizar su viabilidad comercial. A través de un comunicado de prensa, su sucursal local –Minera Andes– informó que modificará los procesos de explotación, el transporte del recurso extraído y la reutilización de materiales.
Con estas modificaciones, la idea es “mejorar los rendimientos económicos asociados con el proyecto mediante la disminución de los costos operativos y de capital, el aumento de la cantidad de material disponible para el procesamiento y la reducción de impuestos a la exportación”.
En primer término, se optimizará el proceso de flotación, método con el que se extrae el cobre, alterando el tamaño de la roca molida. Hasta el momento, los resultados obtenidos a modo de prueba son favorables.
En segunda instancia, variará la forma de exportar el cobre, que en un principio iba a enviarse concentrado por un oleoducto hacia un puerto en Chile para su posterior traslado y procesamiento en una planta trasandina. En cambio, se lo procesará en la mina con la formación de cátodos de cobre (planchas) para reducir los impuestos a la exportación.
Finalmente, Minera Andes apostará por la reutilización de materiales que a priori consideraba descartables, los cuales podrían aprovecharse para la fabricación de pilas de lixiviación.
Así, la compañía puso fin a los rumores de inminente cierre que sobrevolaban el proyecto. De todos modos, el comunicado aclara que para que el desarrollo de Los Azules avance, todos estos procesos deberán “mejorar sustancialmente”.
Ubicado en el departamento de Calingasta, en San Juan, a unos 3.600 metros sobre el nivel del mar y unos 6 kilómetros al este de la frontera argentino-chilena, Los Azules alberga pórfidos de cobre de clase mundial, además de poseer oro y plata. Su producción prevista oscilará en torno a las 100.000 toneladas (Tn) diarias. ›|‹