El Gobierno impulsa la idea de establecer una política unificada en Latinoamérica para la explotación del litio, un metal clave en la fabricación de baterías. Esta iniciativa busca potenciar colectivamente el poder de negociación de países como Argentina, Bolivia, Brasil y Chile, formando un cártel similar al de la OPEP.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, destacó en un discurso en La Paz que la unión de los países productores de litio permitiría establecer precios que beneficien a sus economías. La región del “triángulo del litio”, que incluye el norte de Chile y Argentina, junto con Bolivia, posee cerca del 65% de los recursos mundiales conocidos del metal blanco. Si se suman las reservas potenciales de Perú, México y Brasil, la región tendría casi el 70% de las reservas mundiales de litio.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) sostiene que esto podría reestructurar el escenario económico mundial en torno a la transición energética y generar una nueva y sólida fuente de ingresos para las economías latinoamericanas.
Sin embargo, la idea de un cártel del litio enfrenta varios desafíos, como la oposición de ecologistas y grupos indígenas, la posición monopolista de China en el sector, los temores de los inversores y la viabilidad política a largo plazo.
Fuente: Minería en línea
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