El aumento de precios del 12% realizado ayer por Shell provocó el enojo del Gobierno, que criticó al presidente de la filial argentina, Juan José Aranguren. Y también puso en evidencia la preocupación por los precios en todas las petroleras, incluida YPF: ahora se esperan ajustes de otras petroleras. “Shell y su más alto directivo en el país siempre tienen una actitud conspirativa y atentatoria contra los intereses del país”, disparó el jefe de Gabinete. “ No tiene razonabilidad técnica para establecer este tipo de fijación de precios”, aseguró el jefe de Gabinete. Aseguró que había estudiado el mercado petrolero con el ministro de Economía y que “estábamos trabajando claramente para morigerar y evitar cualquier impacto en este sentido, pero esta empresa no debe extrañar”. Según Clarín, Aranguren defendió su aumento: “Se hizo simplemente un traslado parcial, de 12%, cuando los costos nos aumentaron 23%”, señaló. Y agregó: “Se está abusando porque son palabras muy duras, muy fuertes, contra la obligación de una petrolera de tratar de defender el interés para el cual está operando en la economía”. Los ejecutivos del sector entienden que la recomposición hecha por la compañía angloholandesa está en línea con la devaluación del peso. Aunque no hubo declaraciones oficiales, los representantes de cámaras de estacioneros decían que Oil también subirá los precios (ya los había elevado en varios lugares del interior) y que Axion (Esso) estaba evaluando sus próximos pasos.