Los últimos datos oficiales revelan que las importaciones energéticas crecieron en los primeros dos meses del año un 6,7% comparado con el mismo bimestre de 2013. Según cifras de la Secretaría de Energía, las compras del Gobierno al exterior en ese rubro totalizaron entre enero y febrero unos u$s 1.371 millones.
Ésta es la principal ventana por la que se fugan dólares del país y que tanto desvela al gabinete económico de Cristina Kirchner.
Si bien se espera que para este año, por efecto devaluación, el costo de las importaciones sean mayores a las que el mercado preveía en diciembre antes del salto del 25% del tipo de cambio, la quita parcial de subsidios que el Gobierno decidió finalmente encarar la semana pasada (y que para este sector totalizaron nada menos que en un récord de $ 80.000 millones el año pasado), apunta a morigerar los gastos millonarios que se destinan al sector. La principal razón de cuantiosos desembolsos resulta de un esquema de energía barata para los hogares combinado con una sostenida caída en la producción de petróleo y, sobre todo, de gas que no repunta (a excepción de YPF) y a una escasez de inversiones.
También por ese motivo es que el saldo comercial energético sigue arrojando números negativos. Un informe elaborado por Consultores Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) señala que en el primer bimestre de 2014, las exportaciones treparon a los u$s 942 millones, con una suba del 17,1% con respecto a igual período de 2013, y en volúmenes la expansión fue del 17,5%, principalmente por las ventas externas de petróleo. El saldo comercial del sector energético del primer bimestre de 2014, detalla el documento, fue negativo por u$s 429 millones con una caída del 10,7% contra igual período de 2013, de acuerdo con lo publicado por El Cronista.
El año pasado, la balanza comercial energética anotó un fuerte rojo por encima de los u$s 6.000 millones. «Ese incremento impulsó la adopción de restricciones a las importaciones de otros productos, a fin de tratar de reducir la salida de dólares, así como también de mayores controles y restricciones a través del cepo, situación agravada por la carencia de entrada de divisas por los carriles financieros y bancarios», analizaron en IES.
Las importaciones de energía treparon un importante 23,1%, al pasar de u$s 9.277 millones a u$s 11.422 millones entre 2012 y 2013. Para 2014 las proyecciones de analistas apuntaban importaciones energéticas por al menos u$s 14.000 millones con un costo «extra» por devaluación.