El interés por los campos no convencionales provoca cambios en el mapa petrolero
La petrolera angloholandesa adquirió participaciones en dos áreas sobre la ventana de gas rico de la formación Vaca Muerta. Ya tiene una exigua producción en ese distrito.
Por Nicolás Gandini
Ser la petrolera que peor relación entabló con el kirchnerismo no impide que Shell siga expandiendo su presencia en el sector hidrocarburífero de Neuquén para continuar con la exploración y desarrollo de campos con acceso a Vaca Muerta, una de las formaciones de roca madre de la cuenca Neuquina, que es indicada en la industria como un importante reservorio no convencional de petróleo y gas.
Tras perforar con buenos resultados cinco pozos exploratorios en las tres áreas que controla en la provincia patagónica, la petrolera angloholandesa adquirió participaciones en otros dos bloques de la cuenca que hasta ahora eran propiedad de la francesa Total.
En rigor, a través de los Decretos 545 y 546 firmados a fines de marzo por el gobernador Jorge Sapag, la provincia aprobó la transferencia a Shell del 42,5% de los bloques La Escalonada y Rincón de las Cenizas. Total continuará siendo el operador con un 42,5% de los campos y el 15% restante seguirá en manos de Gas & Petróleo, la empresa provincial.
Shell, que en el upstream de Oil & Gas opera a través de la filial O&G Developments, realizó el año pasado descubrimientos de hidrocarburos en Sierras Blancas, un área que opera asociada con Medanito (25%) y Gas & Petróleo (10%). También perforó los campos Águila Mora y Cruz de Lorena. Los bloques están localizados en lo que se conoce como la ventana de shale oil de Vaca Muerta, es decir, la zona caracterizada por la producción de crudo de arcillas (no convencional).
Según pudo saber El Inversor Energético & Minero, la estrategia de la compañía europea –una de las tres mayores petroleras privadas del planeta– apunta a posicionarse también en otras regiones estratégicas de la formación, en especial en la ventana de gas rico, tal como se conoce en la jerga a la zona con producción de gas con líquidos (propano, butano, etano), una de las más requeridas por las empresas.
No convencional
Según explicó Sapag a este medio a principios de marzo, Shell es uno de los inversores con mayor peso específico de la cuenca Neuquina. “La empresa comprometió desembolsos por u$s 770 millones en el período 2014-2016 para el desarrollo de campos no convencionales”, señaló el mandatario.
O&G Developments colocó en el último año cinco pozos en la formación Vaca Muerta, tres en el área Sierras Blancos y dos en Águila Mora. La profundidad de las perforaciones osciló entre los 3.470 y los 4.400 metros, según datos de la Secretaría de Energía.
Los pozos exploratorios se encuentran “en ensayo extendido de producción”, de acuerdo con la calificación de la Cartera que dirige Daniel Cameron. Cuatro de las unidades están dirigidas a la explotación de shale oil (petróleo de arcillas) y la restante apunta a producir gas.
Con las dos participaciones adquiridas a Total, Shell apunta ahora a evaluar campos para producir gas húmedo. “Esta asociación nos permitirá desarrollar los dos bloques, que requieren inversiones importantes”, explicaron allegados a la petrolera francesa.
Consolidado como uno de los principales jugadores del downstream –pelea el segundo lugar del mercado de combustibles con AXION energy (ex Esso)–, hasta hace tres años Shell casi no tenía presencia en el sector de exploración y explotación de hidrocarburos de la Argentina. Apenas contaba con una pequeña participación en campos hidrocarburíferos de Salta.
Sin embargo, a partir del boom de los yacimientos no convencionales en Neuquén, se posiciona agresivamente en la cuenca para explotar campos de shale oil. Hoy, incluso, ya figura en el listado de productores que prepara el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), con una producción de 60 metros cúbicos diarios de crudo provenientes de Águila Mora y Sierras Blancas. ›|‹