Para refinar en las destilerías locales a fin de reducir la compra de derivados más caros
Para fines del mes que viene está prevista la primera importación de petróleo subsidiada por el Estado. La compra se financiará con fondos de Enarsa; el proceso técnico estará a cargo de YPF.
Más lento de lo previsto en un principio, avanza la iniciativa del Gobierno para fomentar, a través de un régimen especial de precios, la importación de petróleo crudo a fin de reducir la compra de combustibles ya refinados (naftas y
gasoil), bastante más onerosos.
A mediados de marzo se realizó la primera reunión del comité técnico –integrado por funcionarios de los Ministerios de Economía y Planificación, y de las empresas petroleras– para avanzar con la compra del primer cargamento de crudo liviano, el más requerido por las destilerías locales.
En la Secretaría de Energía, alrededor de 20 personas, entre técnicos de la Cartera que dirige Daniel Cameron, de la Subsecretaría Política Económica, a cargo de Emmanuel Agis, y directivos de YPF, AXION energy (ex Esso) y Oil, fueron parte de un encuentro. No participaron ejecutivos de Shell, en desacuerdo con el andamiaje impositivo que prevé la iniciativa, según indicaron a El Inversor Energético & Minero fuentes oficiales.
La compra de los cargamentos a precio internacional se financiará con fondos de Enarsa, aunque, en rigor, el trader comercial será YPF. El Gobierno tomó la decisión de reactivar la importación de crudo a gran escala por primera vez en 20 años y a raíz de la declinación de la oferta doméstica de petróleo de tipo Medanito extraído en Neuquén. Según calculan en despachos oficiales, es más conveniente traer crudo desde el exterior para procesarlo en las refinerías locales que tengan capacidad ociosa, que pagar productos ya destilados, como las naftas y el gasoil. Con ese precepto, Enarsa pagará el precio internacional de crudo más el flete (cerca de u$s 115 por barril) y lo revenderá a las petroleras a un valor subsidiado de u$s 82.
El primer cargamento de crudo importado adquirido bajo el paraguas del régimen especial habilitado en enero llegaría al país a mediados de mayo.
Licitación
“La licitación de las cargas prevé pedir cotización por seis o siete tipos de crudo liviano para evaluar el más conveniente. Existen, además, dos posibilidades con relación al tamaño de los barcos. Una es traer un buque de 1 millón de barriles de petróleo. La otra es trabajar con un barco más pequeño, de 600.000 barriles”, explicó uno de los asistentes a la reunión en Energía.
Sin embargo, aún resta definir algunas cuestiones de peso que no terminan de cerrarles a las empresas privadas, en especial las ligadas al esquema impositivo que contempla el régimen de importación habilitado por el Gobierno.
Es que, en rigor, si bien Enarsa está a cargo de solventar la impor-
tación del petróleo, la nacionalización del hidrocarburo corre por cuenta de las refinadoras según la metodología aprobada por el comité técnico. Eso quiere decir que las empresas deben hacer frente al pago del IVA sobre el precio pleno (u$s 115 por barril) y no sobre el precio subsidiado (u$s 82), por lo que la operación se torna antieconómica para las destiladoras que tienen crédito fiscal IVA. “Hemos propuesto alternativas, pero hasta el momento no fueron aceptadas”, explicaron desde una refinadora. ›|‹
Importación de naftas y gasoil
A pesar de la caída de la actividad industrial desde los últimos meses de 2013, y en particular de la brusca retracción de la venta de autos durante el primer trimestre del año como consecuencia de la devaluación y de la aplicación del impuesto a los vehículos d e alta gama, las petroleras duplicarán los volúmenes de nafta importada para cubrir la expansión del mercado interno.
El expendio de naftas fue el segmento que más creció en los últimos cuatro años, con tasas cercanas al 10% anual. A diferencia del consumo de gasoil, que en 2013 apenas creció, la venta de naftas se mantuvo pujante de la mano del ingreso de entre 800.000 y 1 millón de vehículos por año al parque automotor entre 2008 y 2013.
Nadie espera que esos guarismos se repitan este año. La devaluación de enero –que originó una fuerte remarcación de los precios en pesos de los autos– y el impuesto a las unidades de alta gama, que provocó un derrumbe de hasta el 80% en el patentamiento de éstos, se traducirán en un aumento moderado de la demanda de naftas. Según un relevamiento realizado por este medio con las principales petroleras, las empresas esperan que las ventas del derivado aumenten entre un 4% y un 7% en todo 2014.
Sin embargo, pese al amesetamiento del mercado, las refinadoras –lideradas por YPF, Shell, AXION energy (ex Esso), Petrobras y Oil– prevén duplicar la importación de naftas para atender al mercado interno. Beneficiadas por la Ley de Presupuesto, que autoriza al Gobierno a desgravar impositivamente la compra de 1,2 millones de metros cúbicos (MMm3) de naftas en 2014, las petroleras recibieron autorización para adquirir en el exterior 490.000 m3 durante el primer cuatrimestre del año, según confirmaron en despachos públicos y privados.
La cantidad de nafta que se importará es un 110% más elevada que la adquirida en el mismo período de 2013, cuando se despacharon 232.772 m3 del derivado, según datos de la Secretaría de Energía.