La semana pasada, el Gobierno nacional volvió a dar una señal de aliento al sector de biocombustibles tras disminuir nuevamente las retenciones a las exportaciones de biodiesel. A partir de esa medida, el biocombustible pasó a contar con una retención efectiva del 9,3% luego de estar gravado con un 11,0% entre el 21 de mayo y el 18 de junio (hasta el 20 de mayo la retención era del 21,7%). En este contexto, según La Política Online, la decisión oficial reabrió viejas internas en el gabinete nacional luego de algunos funcionarios comprobaran efectivamente que dicha política contribuye a promover un mayor ingreso de divisas. Es que en el ámbito del Ministerio de Economía que dirige Axel Kicillof están convencidos de que el cobro de retenciones a los productos agropecuarios es una medida fundamental para sostener la recaudación fiscal. Pero en el seno del Ministerio de Planificación y de la Secretaría de Energía -que conducen Julio de Vido y Daniel Cameron, respectivamente- consideran exactamente lo contrario a lo que creen Kicillof y su equipo económico. En otras palabras, tanto De Vido como Cameron sostienen que sin retenciones el sector de biocombustibles podría convertirse en una industria sumamente competitiva a nivel mundial (incluso ambos funcionarios hacen lobby a favor de esta política). Es que el ministro de Planificación y el secretario de Energía son, quizás, los dos mayores impulsores dentro del Gobierno nacional de la industria de biodiesel que nació en 2007 durante el último tramo del gobierno de Néstor Kirchner.