Un signo de los tiempos que corren
Dos gigantes del sector anunciaron importantes recortes en sus presupuestos a escala global: BHP Billiton y Rio Tinto ahorrarán este año u$s 3.900 y 2.300 millones, respectivamente.
Hace pocos meses, la consultora Deloitte publicó Tracking the Treads 2014, un informe en el que anticipó los 10 mayores riesgos con los que este año lidiará el negocio minero a escala mundial. Según el trabajo, frente a un clima de excesiva volatilidad en los precios y el consumo de los commodities, las mineras afrontarán un período de fuertes cambios estructurales en el que no habrá mayor amenaza para su supervivencia que la caída de su productividad. “Pese a la debilidad que expresan los valores de los commodities, los costos productivos (laborales, energéticos, de equipamientos y de insumos) siguen tercamente altos”, enfatizó la consultora.
A tono con dichas predicciones, los gigantes angloaustralianos BHP Billiton y Rio Tinto acaban de anunciar significativos recortes en sus gastos que, sumados, oscilan en torno a los u$s 6.200 millones. No se trata de las únicas grandes compañías que piensan reducir drásticamente sus costos operativos, pero sí de las primeras que le han puesto cifras concretas a dicha intención.
BHP Billiton, que tiene un nivel de ingresos superior a los u$s 44.000 millones por año y da trabajo a unas 40.000 personas, anticipó un ajuste de u$s 3.900 para esta temporada. Rio Tinto, por su parte, que maneja ingresos por más de
u$s 55.000 millones anuales y cuenta con 32.000 empleados, proyectó un ahorro de
u$s 2.300 millones.
A decir de Phil Hopwood, líder global del área de Minería de Deloitte, los planes de BHP Billiton y Rio Tinto resultan lógicos si se tiene en cuenta que hoy las empresas deben probar su capacidad de adaptación al cambio. “Para afrontar la inflación, promover la eficiencia y reconstruir la confianza de los inversores, las mineras se ven forzadas a poner el foco en la sustentabilidad de la gestión de costos y en la integración de la cadena de valor”, aseguró.
La incertidumbre que suscita el desbalanceado mercado de los commodities y la permanente necesidad de innovar, añadió el especialista, se erigen como otros dos desafíos a sortear. “Al no poder prever cuál será la demanda ni el precio de los metales, las compañías deberán sustituir sus tradicionales herramientas de evaluación presupuestaria y diseñar estrategias que incluyan sinergias de porfolios a fin de contar con más y mejor información a la hora de tomar decisiones”, apuntó.
Panorama local
La necesidad de controlar los gastos no es una particularidad exclusiva del mercado minero internacional. En la Argentina, la cuestión es vista como el principal reto sectorial, sobre todo después de que Vale cancelara Potasio Río Colorado, en Mendoza, debido a la duplicación del presupuesto original. “Existe una brecha insalvable en relación con el costo de los materiales, el de los recursos humanos y las tasas de cambio”, justificó el CEO de la minera brasileña, Murilo Ferreira, al abandonar el megaproyecto, tasado en u$s 6.000 millones.
Sin llegar a ese extremo, prácticamente todas las empresas se han visto obligadas a revisar gastos, alterar sus cronogramas de trabajo o incluso paralizar parte de sus actividades por la presión inflacionaria. Un ejemplo paradigmático es el de McEwen Mining, propietaria de Los Azules, en San Juan, que reformuló completamente los métodos de extracción y transporte de cobre que tenía previstos, con la idea de “mejorar los rendimientos económicos asociados mediante la disminución de los costos de operación y de capital, el aumento de la cantidad de material disponible para el procesamiento y la reducción de impuestos a la exportación”, según admitió la firma. ›|‹