Según Facundo Huidobro, ejecutivo de Goldrock Mines
La minera canadiense está consiguiendo los permisos administrativos para lanzar las primeras obras de construcción del proyecto de oro ubicado en la Puna salteña.
La vinculación de Facundo Huidobro con Lindero excede largamente lo profesional. En su carácter de geólogo, el ejecutivo comenzó a explorar el yacimiento de oro ubicado en la Puna salteña hace más de 15 años. Conoce, por lo tanto, cada vericueto del campo metalífero que la empresa Goldrock Mines –un desprendimiento de Mansfield, el grupo madre– comenzará a construir en breve en la provincia que gobierna Juan Manuel Urtubey.
“A partir de 2012 se hizo cargo de Lindero un nuevo management, que llevó adelante una modificación en la ingeniería del proyecto. Hoy estamos en la etapa final. Será un proyecto a cielo abierto, aunque a mí me gusta llamarlo ‘minería de superficie’. Se utilizará un proceso de minado convencional, con molienda, voladura, trituración y una lixiviación a través de un proceso de ADR para lograr un doré”, señaló Huidobro, gerente de Asuntos Públicos de Goldrock Mines, una minera canadiense.
Lindero es un depósito que posee muy buenas leyes en las partes superiores, con reservas por más de 1,5 millones de onzas. “El proyecto tiene un costo estimado de u$s 155 millones, que considerando el IVA se transforman en u$s 170 millones. La situación económica de la provincia genera expectativas positivas. Estamos trabajando en la búsqueda final del financiamiento y en la aprobación de las declaraciones juradas de las primeras obras”, señaló Huidobro.
En materia de energía, Goldrock Mines construirá una planta de compresión para transportar con un gasoducto virtual los 40.000 metros cúbicos diarios (m3/día) de gas que consumirá la mina. “También apuntamos a optimizar los accesos viales porque la zona del proyecto no está en una zona fácil; estamos buscando alternativas. Por otro lado, ya conseguimos los permisos para utilizar agua subterránea que no es utilizable ni para el consumo humano ni para el riego”, señalo el ejecutivo. “Es inminente la construcción de Lindero, que será una mina con producción de oro diseminado”, agregó.
Pata local
Lindero es uno de los pocos proyectos mineros que cuenta con un representante local en su estructura accionaria. Se trata de Eduardo Elsztain, timonel de IRSA, una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias del país, que el año pasado compró un pequeño porcentaje de la obra. A través de Austral Gold, una compañía del grupo familiar que explota una mina en Chile, Elsztain capitalizó con 9,24 millones de dólares canadienses a la compañía Goldrock Mines para lanzar las primeras obras de ingeniería y construcción de la mina aurífera emplazada en la Puna salteña.
Lindero es un proyecto modelo, “casi de libro”, cuya explotación no incluye ninguna rareza. La ubicación del reservorio –a pocos kilómetros del Salar de Arizaro– es estratégica, porque se emplaza sobre una cuenca endorreica que descarta cualquier tipo de contaminación, según la opinión mayoritaria de biólogos y arqueólogos.
Las reservas probadas y probables de Lindero alcanzan los 1,92 millones de onzas de oro, con una ley de corte de 0,19 gramos por tonelada (g/Tn). El grado medio del proyecto es de 0,59 g/Tn, en tanto que los recursos inferidos ya ascienden hasta los 2,3 millones de onzas. ›|‹