Con el respaldo de las seccionales del interior, Guillermo Moser logró ayer lo que parecía imposible: desplazó a través de los votos a Julio Ieraci, el histórico ladero de Oscar Lescano, que dirigía la Federación Nacional de Luz y Fuerza desde 1993.
Históricamente, el líder de la federación era designado por la poderosa e influyente seccional de Capital Federal. Es decir, por Lescano. Con su venia, llegaron hasta la cúpula Carlos Alderete y Ieraci. Pero ayer se terminó la hegemonía de la seccional porteña.
En la elección, celebrada en Mar del Plata, Moser ganó con los votos de 96 congresales, contra los 67 que apoyaban la continuidad. La federación reúne a unos 60.000 trabajadores en todo el país.
Moser tiene 55 años y es el jefe de la estratégica seccional de Mercedes, desde donde se administra el caudal energético de parte de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Mantiene estrechos lazos con el kirchnerismo, a través de una vieja relación de amistad que forjó con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y con el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. Defendió recientemente la política energética oficial y apuesta a que se mantenga el flujo de subsidios para no alterar la vida del sindicato.
Recientemente, en una entrevista con LA NACION, Moser reconoció que la federación se mantendrá alineada a la CGT oficialista, que encabeza Antonio Caló. «Pero buscaremos la unidad», advirtió..