El director de una importante constructora brasileña, Galvão Engenharia, admitió haber pagado sobornos a los funcionarios que formaban parte de la red de corrupción enquistada en Petrobras, la petrolera estatal que está bajo investigación por un gran escándalo de corrupción.
Según informó ayer su abogado, Erton Medeiros Fonseca, principal directivo de la constructora y uno de los 23 ejecutivos de grandes empresas arrestados la semana pasada en el marco de la operación Lava Jato, dijo en un testimonio ante la policía federal que pagó una coima por petición del ex diputado del Partido Progresista (PP) José Janene, fallecido en 2010.
De acuerdo con el abogado Pedro Henrique Xavier, responsable de la defensa del ejecutivo, Medeiros afirmó a la policía que José Janene amenazó con perjudicar los contratos de la constructora si no pagaban los sobornos.
La operación Lava Jato se inició en marzo pasado y a raíz de ella fueron arrestados varios directivos de Petrobras y de las mayores constructoras de Brasil, acusados de haber montado una red de corrupción para desviar recursos de la petrolera estatal para la financiación de partidos políticos aliados del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Según las investigaciones, la red de corrupción movió entre 2006 y 2014 unos 10.000 millones de reales (unos 3850 millones de dólares) en sobrefacturación de obras y contratos de Petrobras.
Parte de las investigaciones se basan en declaraciones del ex director de Abastecimiento de la empresa Paulo Roberto Costa, arrestado al comienzo de la operación y quien ha aceptado colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena. Según las declaraciones de Costa, el 3% de todos los contratos del área de Abastecimiento se dedicaba a financiar partidos políticos oficialistas, según publicó La Nación.
Para la oposición, la presidenta Dilma Rousseff es políticamente responsable por el escándalo de lavado de dinero y sobornos que afecta a Petrobras.
Aloysio Nunes, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), dijo en un discurso ante el Senado que «no está claro» si Dilma, reelegida presidenta el 26 de octubre, conocía la supuesta corrupción.