La crisis internacional del petróleo acaba de hacerles un guiño a los usuarios locales de gas natural comprimido (GNC), una comunidad que en la Argentina supera los 1,5 millones de automóviles. Sin anuncios ni estridencias, a diferencia de lo que ocurrió con las naftas a fines del año pasado, el Gobierno dispuso el fin de semana una rebaja de 2,6% en el precio del gas que las petroleras les venden a las estaciones de servicio. Según La Nación, la decisión fue oficializada a través de la página web de la Secretaría de Energía, que conduce Mariana Matranga. Según la última actualización, desde el domingo pasado el precio mayorista del GNC es de 0,7423 pesos por metro cúbico, en comparación con los $ 0,7612 que costaba el mes pasado. La realidad en los surtidores es completamente distinta. Como apuntó Enrique Fridman, presidente de la Cámara de Expendedores de GNC, el precio de ese insumo «es libre». En otras palabras, los dueños de las bocas de expendio pueden o no trasladar a sus pizarras la rebaja de sus costos. Es por ese motivo que hay tanta dispersión de precios: en la ciudad de Buenos Aires puede costar hasta $ 2,69, mientras que en las provincias el mismo insumo llega a 6 pesos. La baja del precio del gas se debe a la caída de los valores del crudo. Para trasladar esa situación a los surtidores argentinos, el Gobierno, las empresas, las provincias y los gremios acordaron en diciembre del año pasado reducir en 7 dólares el precio del petróleo local, una merma que todavía lo ubica por encima de las referencias internacionales.