Las petroleras tomaron una decisión infrecuente: enviaron una carta al Gobierno para solicitarle una respuesta con relación a la deuda millonaria a favor de las compañías productoras que mantienen las distribuidoras de gas. Se trata de una medida ajena al protocolo kirchnerista, muy poco ameno de las comunicaciones por escrito e institucionales.
Firmada por Oscar Vicente, presidente de la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (CEPH) y uno de los directivos más respetados de la industria, la misiva propone a las autoridades nacionales establecer una reunión para analizar la situación. Fue dirigida a la secretaria de Energía, Mariana Matranga; al interventor del ente regulador del gas (Enargas), Antonio Pronsato; y a la Comisión Nacional de Planificación de Inversiones Hidrocarburíferas, el organismo creado en 2012 por iniciativa del actual ministro de Economía, Axel Kicillof.
Ls distribuidoras de gas natural -con Metrogas a la cabeza- adeudan a los productores cerca de $ 1500 millones por el incumplimiento del pago de las facturas de compra del fluido. Así lo aseguraron a El Inversor Online fuentes empresariales. Otras voces de la industria señalan que el rojo sería incluso más oneroso.
La deuda se empezó a tornar inmanejable desde fines del año pasado, cuando algunas distribuidoras dejaron de pagar el gas adquirido a productores -un grupo encabezado por YPF, Total, PAE y Wintershall, entro otros- por la fragilidad de su flujo de caja. Metrogas, la mayor distribuidora del mercado, que es controlada por YPF, dejó de abonar el noviembre del año pasado la factura a favor de algunos productores. Ecogas y Litoral Gas son otras de las compañías complicadas. Gas Natural BAN y Camuzzi Gas Pampeana tienen un poco más de aire.
En abril del año pasado el Gobierno anunció la recomposición de las tarifas para los usuarios de gas, inclusive para el segmento residencial. Los aumentos superaron, en algunos casos, un 300%. La medida fue saludada por las empresas distribuidoras, que llevaban más de una década reclamando la actualización de las boletas de gas. Sin embargo, lo que a priori pareció una buena noticia para el sector terminó provocando un efecto inverso. Sucede que al mismo tiempo que autorizó subas en las tarifas, el Ejecutivo recompuso además el precio del gas en boca de pozo que reciben las petroleras. En este ítem, las subas superaron un 500 por ciento. Por eso, las distribuidoras incrementaron su recaudación, pero por debajo de lo que les aumento la factura del gas que distribución. En síntesis, en lugar de mejorar su escenario financiero terminaron aumentando su deuda con las petroleras.
La carta enviada por la CEPH es producto de la incapacidad de resolver esta situación. Para el Gobierno no es un tema nuevo. Fuentes con acceso al funcionarios nacionales reconocieron que la Secretaría de Energía, que dirige Mariana Matranga, está al tanto desde hace tiempo del pedido de las empresas.