El diagnóstico del Ministerio de Economía respecto del recalentamiento del mercado cambiario no tiene matices: es “especulación preelectoral” y se mantendrá hasta las elecciones de octubre, con más o menos picos según las noticias políticas. “El dólar blue mueve menos que la quiniela”, dijo de hecho ayer el titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, en su recorrida de campaña. Pero lo cierto es que la conducción económica sigue de reojo la cotización de ese mercado “chico, ilegal y poco representativo”, como suele decir el ministro, porque el pasado reciente revela que cada vez que la diferencia entre el tipo de cambio oficial ($ 9,17) y el paralelo ($ 14,49, al viernes) pasa el 60% se producen cambios. En enero de 2014, se devaluó el peso un 23%. En octubre pasado, voló Juan Carlos Fábrega del Banco Central, y llegó Alejandro Vanoli. Ahora, luego de anunciar un nuevo piso para la tasa de los plazos fijos (la misma primera medida que tomó Vanoli al asumir), hay un foco oriental para intentar pasar los meses de turbulencia: acelerar un blindaje de dólares desde Rusia y China. Apuntan a un puente verde de, en el mejor de los casos, unos US$ 3 mil millones.
Crema rusa. PERFIL confirmó que la semana pasada, una delegación enviada por el Banco de Desarrollo y Asuntos Económicos Exteriores de Rusia (Vnesheconombank) llegó a Buenos Aires para discutir con el ministro de Economía, Axel Kicillof, los términos del crédito de US$ 1.970 millones para financiar la construcción de la represa de Chihuido I, en Neuquén. En concreto, la preocupación de la entidad rusa es discutir la cuestión monetaria de la ingeniería financiera del proyecto. Además de probar las carnes de la Exposición Rural, estuvieron enfocados en conocer qué proyecciones maneja el Gobierno en torno al valor de la moneda local a mediano plazo.
Fuentes cercanas a la negociación del contrato que llevarán adelante entre Helport, Panedile, Chediack y los rusos de Inter Rao aseguran que incluso el Gobierno, necesitado de divisas, habría pedido que el banco desembolse “la mayor parte posible” de los fondos para la obra, incluso parte de lo que se fija como “de contingencia”. El pedido no habría prosperado. Una aproximación optimista es que para octubre lleguen como máximo entre US$ 100 y US$ 200 millones para los primeros movimientos de la obra.
La fecha es crucial para Argentina, por eso el ministro de Planificación, Julio De Vido, probablemente aterrice en Moscú en quince días. No sólo porque cualquier ingreso de dólares “pacifica” ánimos caldeados en la City, sino también porque en octubre vence el Boden 2015, lo que obliga a desembolsar (si no se renegocia), unos US$ 6.500 millones. Las reservas cerraron el viernes algo por encima de los US$ 33.900 millones.