Los hombres del Gobierno que aún prestan atención a las estadísticas oficiales saben que un nuevo problema se añadió en los últimos meses a la saga de dificultades energéticas que atraviesa la Argentina. A la caída en la producción de gas, principal responsable de la pesadilla cambiaria por la que atraviesa el país debido a que obliga a comprar el insumo en el exterior, se sumó la persistente baja en la producción local de petróleo liviano. El déficit deja a la Argentina a las puertas de la importación de ese insumo, más caro que el gas, para alimentar las refinerías.
La admisión fue hecha nada menos que por el presidente de YPF, Miguel Galuccio, en esta ciudad. El timonel de la petrolera estatal, que desde hace algunas semanas empezó a hablar de «déficit energético» -palabras que hasta ahora estaban ausentes del vocabulario oficial-, lo dijo en forma inequívoca. «El gas y el petróleo son claves en la seguridad energética. Estamos empezando a ver la falta de petróleo liviano para procesar en nuestras refinerías. Por eso es estratégico recuperar esa producción», sostuvo el ejecutivo, que empezó a tomar decisiones en la operación de la compañía para evitar mayores problemas.
Galuccio habló frente a unos 300 empresarios del sector reunidos en esta ciudad, considerada la capital internacional del petróleo.
Tiene pergaminos que acreditan esa adjetivación. En medio del estado de Texas, no sólo produce gas y crudo, sino también maquinaria que se exporta a todo el planeta para producir hidrocarburos en otras latitudes. Es casi un segundo hogar para los barones del crudo que se reunieron el miércoles y ayer en el marco del Latin America Oil & Gas Summit, un encuentro que tuvo como temática sobresaliente las oportunidades de negocios petroleros que tiene la región. Aunque Galuccio fue el orador más importante, la estrella de la mañana fue la formación Vaca Muerta, promocionada en el mundo petrolero como uno de los principales reservorios de hidrocarburos no convencionales del planeta. Galuccio respondió por lo menos 20 preguntas de temáticas muy diversas, muchas de ellas referidas a los métodos de extracción de crudo en Neuquén.
De acuerdo con la explicación del presidente de YPF, la nueva luz amarilla que se encendió para la Argentina en materia de petróleo tiene, en el origen, una explicación técnica. Neuquén es el principal pulmón energético del país. De su subsuelo se extrae crudo llamado Medanito, uno de los de mejor calidad en la Argentina, denominado liviano. Es el que mejor rinde en las refinerías de YPF, Esso, Shell y Petrobras para producir naftas y gasoil.
En diciembre de 2008, la provincia extrajo un promedio de 23.959 metros cúbicos diarios, de acuerdo con datos del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), que representaban un 24% de la oferta nacional de crudo. El mismo mes del año pasado esa cifra cayó hasta 17.540 m3 por día, es decir, 26% menos. YPF es la principal productora de esa clase de crudo, pero no la única. Sin embargo, el resto de las compañías también mostraron en los últimos años una tendencia declinante.
Otros tipos de petróleo, como el denominado Escalante, que produce principalmente Pan American Energy (PAE) en Chubut, registró en los últimos años un incremento en la producción, pero comenzó a caer luego de la toma del yacimiento Cerro Dragón, a mediados del año pasado. El uso de esa clase de hidrocarburos, sin embargo, aumenta la producción de fuel oil, un producto menos utilizado en el país.