Una señal de hartazgo de Brasil hacia las medidas del gobierno argentino que afectan a las empresas que operan en el país. Así juzgan los analistas la decisión de la minera Vale de suspender de manera indefinida el desarrollo del proyecto Potasio Río Colorado, en Mendoza. Esta decisión coincide con la posible venta de los activos de Petrobras en el país. Ese punto fue resaltado por Alberto Pfeifer, miembro del Grupo de Análisis de la Coyuntura Internacional de la Universidad de San Pablo. Para él, el hecho de que Vale -una empresa que cotiza en Bolsa, pero una buena parte de cuyo paquete accionario está en manos de fondos públicos- haya suspendido el desarrollo del proyecto en Mendoza y que Petrobras -una empresa con mayoría estatal- esté próxima a vender sus activos en el país dan muestras de un hartazgo a nivel oficial. «Cuando esas empresas se retiran de la Argentina, eso quiere decir alguna cosa. El mensaje del gobierno [de Dilma Rousseff] a esas empresas parece ser que trabajen bajo la lógica del mercado y que se retiren o traten de desacelerar sus inversiones en la Argentina». Pfeifer, para quien en Brasil hay mucha desconfianza sobre el futuro de la economía argentina y se tiene una percepción «muy mala» del clima de negocios en el país, señaló que en los últimos años Brasil, a nivel oficial, «ha estimulado la inversión» en la Argentina y que «ha trabajado con mucha paciencia, tratando de dar vuelta las medidas unilaterales» adoptadas por el país, entre las que mencionó las trabas al comercio exterior. Sin embargo, en la actualidad el gobierno brasileño estaría rompiendo con lo que el analista llamó «paciencia estratégica y solidaridad regional». En su editorial de ayer, el diario O Globo defendió la decisión de Vale y señaló que en la Argentina existe un «clima antinegocios». «El anuncio de la compañía por la suspensión de la inversión en el proyecto de Potasio Río Colorado, en la provincia argentina de Mendoza, es una respuesta apropiada a una serie de obstáculos puestos por las autoridades del país vecino contra Vale», dice O Globo, que a su vez llamó al gobierno brasileño a «defender los intereses» de su país. «Como hace mucho tiempo que [Brasil] no endurecía el juego, sus socios latinoamericanos, en especial los bolivarianos y similares, hacen lo que quieren», resaltó el influyente diario. El director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, Marcelo Elizondo, juzgó la decisión de Vale desde dos «planos». El primero es un plano microeconómico, en el que la empresa consideró que en las condiciones actuales (retraso cambiario, suba de costos y prohibición para girar remesas al exterior) no podía seguir operando en la Argentina. El otro plano es la relación entre los dos países.
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