Brasil, México, Chile y Uruguay aventajan al país en capacidad instalada de energías eólica y solar. De todos modos, se mejoraron las condiciones para invertir en el sector.
A partir de la licitación de 1000 MW del programa Renov.Ar y la subasta por 600 MW adicionales, llamada «ronda 1.5», la Argentina se ubica a la zaga entre los países latinoamericanos, en cuanto a la participación de fuentes limpias en su matriz energética. De acuerdo al informe de la consultora KPMG, el país se ubica en el último puesto en un ránking comparativo de ocho economías regionales.
Brasil, la mayor economía de la región, lidera la tabla con u$s 75.300 millones invertidos en el desarrollo de fuentes limpias en los últimos cinco años. Le siguen México, con u$s 11.700 millones y Chile, con u$s 8540 millones. Lejos, Argentina logró u$s 1800 millones y se ubica sexta superando sólo a Honduras y Costa Rica.
Aunque se trata de una economía menor, Uruguay es el país con mayor participación de energías limpias en su matriz energética. El año pasado alcanzó un 30% de su abastecimiento generado a partir de la energía eólica. Un caso sólo comparable al de Dinamarca, el líder mundial en este campo.
El informe de KPMG señala que «América latina tiene enormes ventajas comparativas para el desarrollo de energías limpias como solar, eólica, biomasa y mini hidroeléctricas, debido a sus enormes recursos naturales y la estabilidad de sus mercados, lo que permite generar ganancias y buenas condiciones de financiación para este tipo de proyectos». En este marco, «existe una oportunidad ideal para que Argentina aproveche el impulso generado por la entrada en vigencia de la Ley de Energías Renovables (Nr. 27.191, modificada en diciembre de 2015) para revertir la situación de actual desventaja en relación con el resto de los países de la región».
Los compromisos asumidos por los grandes países desarrollados (Estados Unidos, China, etc.) en la COP 21 de Paris (Diciembre de 2015), decidieron aportar herramientas financieras para los países en vías de desarrollo que se comprometen en la lucha contra el cambio climático. La normativa establece como meta alcanzar un 8% de generación de energías limpias para fines de 2017, y de un 2% para 2025. La actual participación de fuentes limpias no llega al 2% en una matriz energética basada en un 85% en hidrocarburos.
A fin de atraer capitales al sector y cumplir con estas metas, el ministerio de Energía y Minería lanzó en mayo de este año la primera licitación del programa RenovAr1, para sumar 1000 MW de energía limpia adicional a la matriz energética. A fin de ofrecer garantías y financiación a los proyectos adjudicados, se obtuvieron avales del Banco Mundial y se creó el Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables (Foder) por $ 12.000 millones.
Esta primera licitación obtuvo 123 ofertas y se adjudicaron 17 proyectos por 1109 MW con precios promedio de u$s 69,50 por MW para eólica y u$s 76,25 por MW para solar. Debido al éxito de esta convocatoria, la cartera energética decidió lanzar un «repechaje» entre los proyectos no adjudicados por 600 MW adicionales.
La energía limpia generaría un ahorro de u$s 300 millones anuales en la importación de combustibles (tomando como base un barril de petróleo a u$s 50), y ayudaría a revertir el déficit energético que se registra desde 2011.