Invertirá entre u$s 30 y 50 millones en sus áreas en operaciones, además de seguir apostando por la búsqueda de recursos no convencionales.
Desde el inicio de sus operaciones, en 2007, Andes Energía ha transformado unos 3,2 millones de acres exploratorios en alrededor de 12 millones de barriles de reservas de petróleo y cerca de 390 millones de barriles de recursos. No obstante, para el futuro inmediato sus planes son aún más ambiciosos: durante los próximos tres años invertirá entre u$s 30 y 50 millones en sus áreas en explotación.
“De ese modo, nos proponemos duplicar la producción actual en el corto plazo y continuar con la exploración convencional y no convencional”, asegura Nicolás Mallo Huergo, presidente de la compañía, en diálogo con este medio.
De acuerdo con el directivo, los principales objetivos estriban en incrementar la producción de hidrocarburos, por un lado, y aumentar las reservas y los recursos, por otro. “Por eso mismo nuestras inversiones se concentrarán en trabajos de exploración y desarrollo en las diferentes áreas que manejamos, ubicadas principalmente dentro de la cuenca Neuquina”, precisa.
En lo que va de 2012, señala que la firma viene registrando un muy buen desempeño. “Estamos muy contentos con la evolución alcanzada hasta el momento. Hoy somos una empresa con un presente consolidado y con grandes expectativas a futuro”, enfatiza.
Durante la presente temporada, Andes Energía efectivizó la adquisición de nuevas áreas petroleras en producción, además de duplicar las reservas que poseía en 2011. “También nos hemos presentado en diferentes procesos licitatorios nacionales e internacionales, con ofertas ganadoras que están pendientes de adjudicación”, añade.
En ese sentido, vislumbra grandes posibilidades de desarrollo en 2013, tanto para la empresa como para el sector. “Creemos que se incrementará significativamente la actividad petrolera en la Argentina. Será un año lleno de desafíos e iniciativas para Andes Energía, lo que nos permitirá continuar con el exitoso nivel de crecimiento que venimos experimentando”, proyecta.
Posición privilegiada
Según Mallo Huergo, el vigente escenario resulta muy auspicioso. “Es un contexto propicio para emprender el desarrollo de los recursos no convencionales, que recién se encuentran en una etapa primaria”, subraya.
A su entender, por ser una empresa local Andes Energía se encuentra familiarizada con las regulaciones y los procedimientos de las diferentes autoridades de aplicación, lo que representa una importante ventaja competitiva. “No obstante, entendemos que no existe impedimento alguno para que las compañías extranjeras, que aún no se encuentran operando en el país, hagan su desembarco”, sostiene.
En su opinión, desde el punto de vista técnico la disponibilidad de recursos de la Argentina es única, lo cual la ubica en una posición privilegiada en comparación con otros países. “El panorama de la industria hidrocarburífera nacional es estable, predecible y lleno de oportunidades que queremos aprovechar al máximo”, sintetiza.
En cifras
Con casi seis años de antigüedad, Andes Energía tiene una facturación de u$s 7 millones por año y un nivel de inversiones de entre u$s 12 y 15 millones anuales. La empresa, que cuenta entre sus accionistas fundadores a José Luis Manzano (miembro del directorio de Uno Medios), posee una valuación de mercado de u$s 100 millones, y activos estimados entre u$s 250 y 400 millones.
Cotiza en la Bolsa de Buenos Aires y de Londres, y dispone de una ADR en la plaza de Nueva York. Asimismo, está a cargo de unos 30 empleados entre directos e indirectos.
Dispone de áreas adjudicadas para la explotación por unos 13.500 kilómetros cuadrados (kmµ), donde existen reservas acreditadas (por compañías multinacionales) del orden de los 12 millones de barriles de petróleo. Los recursos proyectivos totales de Andes Energía se calculan en unos 390 millones de barriles, lo que le otorgaría una perspectiva de 170 años de negocios.
Actualmente produce unos 220 barriles por día en la cuenca Neuquina. Su presencia se reparte en tres provincias argentinas –Mendoza, Neuquén y Chubut–, con bloques como Vega Grande, La Paloma, Cerro Alquitrán y Corralera, entre los principales. En Paraguay, en tanto, adquirió cinco áreas, entre las que sobresalen Los Buitres y Repatriación.