Según Julio Ríos Gómez, titular de GEMERA
Para el directivo, la inversión en exploración genuina cubrirá sólo un 30% de las expectativas trazadas tiempo atrás. El incierto escenario internacional y las turbulencias internas, las causas del descenso.
Según un estudio preparado por GEMERA, la entidad que nuclea a las empresas exploradoras que trabajan en el país, a mediados de 2011, la Argentina iba camino a recibir inversiones por u$s 1.500 millones en proyectos de exploración hasta 2016. Sin embargo, el escenario parece ser otro dos años después de ese diagnóstico, según explicó el presidente de la entidad, Julio Ríos Gómez.
Un conjunto de factores, entre los que figuran el brusco descenso del precio de los metales –que ahora parece haberse estabilizado–, el consecuente encarecimiento del financiamiento internacional, que afecta más a las mineras junior, y las turbulencias internas ocasionadas por el cepo cambiario y las variaciones impositivas, provocarán un fuerte retroceso de la actividad en la campaña que empezó en octubre y alcanzará su pico en los meses del verano.
“La exploración pura, es decir, la de proyectos estrictamente exploratorios y no brownfields (áreas periféricas a minas en producción) va a cubrir sólo un 30% de lo que se podría haber hecho si el contexto fuese otro”, señaló Ríos Gómez. “De la inversión de u$s 1.500 millones que teníamos prevista, a este ritmo sólo podremos alcanzar una tercera parte”, agregó en diálogo con El Inversor Energético & Minero.
Aun así, el directivo señaló que la tormenta internacional que provocó una caída de casi un 30% del precio del oro y de la plata ya pasó, por lo que el escenario a mediano plazo no se presenta tan complicado. “El panorama actual es incierto, pero a la larga no parece tan complicado. Los precios se han estabilizado. El oro, en torno de los u$s 1.350 la onza; la plata, entre u$s 21 y u$s 25 por onza de plata; y la libra de cobre, entre los u$s 6,80 y u$s 7,20”, detalló.
El interrogante, advirtió, está relacionado con el incremento de los costos de producción. “Las empresas están tratando de reducir su estructura de costos operativos. Para eso, están evaluando cambios en algunos procesos que implicarán modificaciones tecnológicas”, señaló el titular de GEMERA.
Escenario interno
Los costos de extracción de oro se han encarecido a nivel mundial. En Estados Unidos rondan los u$s 600 por onza, cuantificó Ríos Gómez. En tanto que en América del Sur, el costo promedio asciende a u$s 696. “Por eso, ante la caída del precio, las empresas han implementado recortes de gastos a fin de optimizar la estructura de costos”, indicó el directivo.
En ese sentido, cuestionó cambios normativos que generaron un aumento de la carga impositiva que pesa sobre el sector minero local. Fundamentalmente, advirtió que el gravamen del 10% sobre la liquidación de dividendos –una medida adoptada por el Gobierno para elevar el mínimo no imponible de Ganancias– provocó un alza de la tasa tributaria que pagan las empresas.
“A raíz de eso, la carga impositiva total que las empresas deben abonar está arriba del 55% de la renta minera. Es un guarismo demasiado alto si se lo compara con Perú (47%) y Chile (42%)”, advirtió. ›|‹