Aranguren: “Se precisa un nuevo acuerdo sectorial mientras los precios del petróleo sigan bajos”

Imputaron a Aranguren por las represas de Santa Cruz

Según el referente de Cambiemos para temas energéticos

El especialista abrió la puerta a un nuevo acuerdo para mantener el nivel de inversión en los yacimientos locales frente al derrumbe del precio internacional del crudo.

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La gran pregunta que intentan responderse por estos días las petroleras gira en torno a cuál será el precio interno del petróleo durante 2016. La mayoría de los pronósticos coincide en que, a nivel internacional, el barril de crudo seguirá navegando cerca de los u$s 50. Pero son pocos los que saben cómo repercutirá esa situación en el mercado doméstico. Bajo el paraguas de un acuerdo impulsado por el Gobierno, firmado el 23 de diciembre de 2014, los precios locales se movieron este año entre los u$s 63 y los u$s 77 según su calidad. Pero tal entendimiento verbal –nunca asentado en ese documento– expira el próximo 31 de diciembre.
Frente a ese escenario, Juan José Aranguren, referencia de Cambiemos para temas energéticos y petroleros, abogó por la continuidad de esa iniciativa, al menos hasta que los precios internacionales recuperen terreno. “Teniendo en cuenta la evolución de todas las variables, incluido el tipo de cambio, nivel de actividad y productividad, creo que debería negociarse un nuevo acuerdo sectorial entre petroleros, provincias productoras y sindicatos, refrendado por resolución ministerial, para el período de transición en el que los precios internacionales se mantengan deprimidos; con el objetivo final de volvernos a acoplar al mundo cuando la situación se revierta”, explicó ante la consulta de El Inversor Energético & Minero.
Aun así, el ex presidente de Shell, que hoy lidera los equipos energéticos de la Fundación Pensar, think tank del espacio político que impulsa la candidatura presidencial de Mauricio Macri, sobre los riesgos de desacoplar los precios locales de lo que pasa a nivel internacional. “Desacoplarse del mundo tiene muchos costos, como la caída de inversión y la pérdida de reservas y producción, y pocos beneficios, como el mayor consumo, aunque deteriorado por la inflación”, advirtió. “Durante una década los precios del petróleo y los combustibles estuvieron en la Argentina artificialmente por debajo de los internacionales y a partir de agosto del año pasado esa situación se revirtió”, agregó.

Gas

Aranguren también se expresó sobre la intención del Gobierno –presentada la semana pasada– de elevar el precio del gas en boca de pozo que reciben los productores en el marco del Programa de estímulo a la inyección adicional de gas, conocido en la industria como Plan Gas. “Si bien entiendo a los que proponen un subsidio a la producción incremental (del fluido), porque prefieren pagarlo localmente antes que gastarlo en importar gasoil para generar electricidad, por lo general no soy partidario de tener dos precios para un mismo producto, ya que se requieren muchos controles y se presta a mucha discrecionalidad”, explicó quién probablemente ocupe la cartera de Energía en un eventual gobierno de Macri.
“Asimismo, conforme los slides mostrados por la presidenta Cristina Kirchner (durante la presentación de la iniciativa), el subsidio de la ‘producción base’ (no ya de la producción incremental) aumentaría el déficit fiscal en u$s 1.500 millones. Por lo que me pregunto, ¿de dónde van a surgir esos fondos? ¿Han terminado de pagar los planes ‘plus’ anteriores o patearon la pelota para adelante con un bono que tendrá que afrontar otro gobierno? Debemos hacernos cargo del presente y dejar de hipotecar el futuro”, enfatizó Aranguren.
A su vez, añadió que “la política energética de Cambiemos durante la presidencia de Mauricio Macri tendrá por objetivos principales alcanzar la seguridad energética y mitigar el impacto ambiental, contribuyendo de esta forma con un desarrollo sostenible de nuestra sociedad”.
Para alcanzar esas metas –indicó–, “recuperaremos la institucionalidad en el sector, devolviéndole su carácter de autoridad de aplicación, honrando los marcos regulatorios aprobados por el Congreso Nacional y evitando la alteración del espíritu de éstos en sede administrativa”.
Aranguren también hizo referencia al potencial de las energías renovables.
“Luego de años de subsidiar la oferta energética para beneficiar principalmente a aquellos que no lo necesitaban, dirigiremos los subsidios a la demanda de aquellos sectores de la población que lo requieran, disminuyendo el déficit de las cuentas públicas y contribuyendo así a la reducción de la inflación para beneficio de toda la población, especialmente aquella de menores ingresos”, concluyó. ›|‹

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Seis áreas

Aranguren trabaja desde hace meses con un equipo en el marco de la Fundación Pensar, el think tank de Pro. Lo acompañan, entre otros, Sebastián Scheimberg, economista de la Universidad de Buenos Aires especializado en regulación energética, que a su vez trabaja en la consultora del ex secretario de Energía Daniel Montamat, una de las principales voces en temas energéticos del radicalismo, socio de Pro en Cambiemos. También Andrés Chambouleyron, economista e ingeniero.
Cambiemos dividió las áreas de trabajo en seis: petróleo y gas; electricidad; energías renovables; nuclear; planeamiento y ahorro, y eficiencia. Esas nominaciones son, a su vez, las posibles divisiones de un potencial equipo para atender la política del sector.

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