Un funcionario de diálogo frecuente conla presidenta Cristina Kirchner lo puso en estos términos: «¿Por qué deberíamos cambiar los precios del petróleo en el país y poner en riesgo los planes de inversión de 2015 por una caída en los valores internacionales que nadie predijo y podría ser coyuntural?» Habló en términos estrictamente «personales» y bajo pedido de reserva de su nombre, pero su opinión coincidió con la de directivos de YPF, otros ejecutivos decompañías que producen hidrocarburos y con la de los gobernadores de las provincias petroleras, que desde hace semanas presionan para que los valores en el mercado interno se mantengan en los niveles actuales, por encima de todas las referencias internacionales. De eso intentarán convencer a la Presidenta.
En otros términos: pese al desplome del crudo en el mundo, los valores en el país se mantendrán muy por encima de los internacionales por los próximos seis meses, según los cálculos que hacen los empresarios del sector. La ecuación es fácil de explicar: se favorecerán las petroleras, en especial YPF, la principal de ellas, pero los consumidores no podrán disfrutar de una baja en los precios de los combustibles, como ocurre en Chile y en Uruguay.
El precio del petróleo alcanzó ayer su nivel más bajo en los últimos cinco años y medio (ver aparte). Responde a una pelea comercial entre Arabia Saudita y los Estados Unidos, pero ayer se coló en todas las conversaciones que se desarrollaron en el contexto del Día del Petróleo, el almuerzo que organiza el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) en el Sheraton Retiro, al que asistieron 1200 personas. Esperaban preguntárselo al ministro de Economía, Axel Kicillof, que había confirmado su participación, como en los últimos dos años. Sus colaboradores pidieron minutos antes del encuentro que le instalaran una computadora para hacer una presentación, pero cinco minutos después avisó que no podría asistir. Estaba inmerso en el canje de deuda.
Ayer, el WTI cerró a US$ 57,81, su nivel más bajo desde 2009. En la Argentina, el crudo Medanito (de Neuquén) cuesta US$ 84, es decir, un 45% más. Es un flaco consuelo para los petroleros, cuyas utilidades mejoraron en términos comparativos, pero temen que, a la larga, la ola externa llegue a la Argentina. Así lo confesaron varios a La Nación.
«Éste es un mercado intervenido. Después de tantos años de precios bajos, me parece bien que lo mantengan alto para estimular inversiones. No digas que dije esto porque me van a odiar», explicó uno de los principales dirigentes del sector.
En noviembre de 2007, el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, promovió una resolución que fijó el precio del crudo para el mercado interno en 42 dólares. Por esa medida, las petroleras no pudieron disfrutar del precio récord del crudo, que en junio de 2008 alcanzó los US$ 143. En la Argentina costaba un tercio.
Un directivo de YPF con décadas en el negocio petrolero explicó que, con la baja en los valores internacionales, el mercado se vuelve mucho más selectivo, ya que las petroleras internacionales tienen que destinar fondos a la exploración, al desarrollo de recursos y a la distribución de dividendos, por lo que «no alcanza para todo». También apuntó que una caída en el precio local del crudo frenaría proyectos, entre ellos los de Vaca Muerta, y tiraría por la borda el camino de aprendizaje que inició el país en ese terreno.