Bolivia puso en marcha este domingo la Planta Industrial de Cloruro de Potasio, que marca el inicio de explotación masiva e industrialización del salar de Uyuni, cuya riqueza principal es el litio.
El complejo, construido por la empresa china CAMC Engineering Co., con una inversión de US$188 millones, se encuentra en el Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo con sus más de 10.000 kilómetros cuadrados de extensión en el suroeste de Bolivia, a 3.650 metros sobre el nivel del mar.
En el acto de inauguración de operaciones participó el presidente boliviano, Evo Morales, así como el embajador de China en Bolivia, Liang Yu.
Asistieron también ministros, autoridades departamentales y locales, representantes de organizaciones sociales, trabajadores e invitados especiales.
“La industrialización de los recursos del salar de Uyuni avanza a paso firme, con la puesta en marcha su primera planta industrial para producir cloruro de potasio (KCI) a gran escala”, afirmó Morales.
Destacó que esta factoría industrial es la tercera mayor construida en la región y forma parte de la estrategia boliviana para la industrialización del litio.
El KCI es un fertilizante para la tierra utilizado para optimizar la producción agrícola por su alta concentración de potasio y que puede usarse en combinación con otros fertilizantes.
El salar de Uyuni tiene una profundidad de alrededor de 120 metros y concentra una de las mayores reservas de litio del mundo, según datos de la estatal Yacimiento del Litio Boliviano (YLB).
El gerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, afirmó que la capacidad plena de la planta llegará a 350.000 toneladas al año desde 2020, a pesar de una producción reducida en los primeros meses.
Montenegro expresó en entrevista con Xinhua que la puesta en marcha del emprendimiento es el primer “paso verdadero” que se da en la industrialización masiva de los salares bolivianos.
Además, la planta generará 210 empleos directos y más de 2.000 indirectos, destacó el empresario.
El gobierno boliviano lleva adelante el proyecto de industrialización del litio, para lo cual destinó al menos US$900 millones en inversión, proceso que comprende tres fases.
La primera comenzó en 2012, con el desarrollo de plantas piloto de fertilizantes comercializados principalmente en el mercado interno.
La segunda fase inició en 2016 con la construcción de plantas industriales de KCI y carbonato de litio para exportación, con sus respectivas fosas industriales para garantizar el insumo requerido para la producción de sales básicas.
La última fase es la producción de baterías de litio con la alianza de un socio estratégico que ayude en la comercialización del producto, la firma alemana ACI Systems.
Fuente: América Economía