Analizó asociarse con el polémico empresario kirchnerista Lázaro Báez
Bridas estudió la posibilidad de ingresar a las siete áreas de exploración adjudicadas a Epsur y Misahar, las petroleras del empresario Lázaro Báez. Un equipo analizó los antecedentes geológicos y de las operaciones realizadas en los campos. Sin embargo, la negociación habría quedado en stand by.
En septiembre de 2012, la administración de Santa Cruz, a cargo de Daniel Peralta, revirtió los permisos de exploración de dos áreas petroleras a nombre de Oil M&S, la petrolera de Cristóbal López. El mandatario –que mantiene un duro enfrentamiento con La Cámpora y el Ministro de Planificación, Julio De Vido– acusó al titular de Casino Club de no invertir lo prometido en Gran Bajo Oriental y Sierra España, concesiones ganadas en una polémica licitación desarrollada en 2006. Unos meses más tarde, en febrero de este año, el mandatario intimó al empresario ultrakirchnerista Lázaro Báez, propietario de las petroleras Epsur y Misahar, a exhibir un resumen detallado de las tareas realizadas en los siete campos petroleros que le fueron adjudicados en la misma compulsa.
El propietario de Austral Cons-trucciones, involucrado en las últimas semanas en una denuncia millonaria por lavado de dinero, presentó documentación que hoy está siendo analizada por los técnicos del Instituto de Energía de Santa Cruz, la autoridad de aplicación sobre cuestiones hidrocarburíferas. Pero al mismo tiempo comenzó a tejer, con el respaldo de la Casa Rosada y de colaboradores directos de la presidenta Cristina Kirchner, una estrategia para sumar socios e inversión en esos activos, y de esa manera blindarse frente a un eventual avance estatizador de Peralta.
Con esa consigna, Báez llegó a un preacuerdo con los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni –los empresarios petroleros más importantes del país, titulares de Bridas Energy– para asociarse en los siete bloques santacruceños, según confirmaron a este medio allegados a la negociación. Tres áreas están emplazadas en el Golfo San Jorge, la región donde los Bulgheroni –accionistas gerenciales de la segunda petrolera de la Argentina, Pan American Energy (PAE), junto con la británica BP y la china CNOOC– construyeron su principal polo petrolífero a través del desarrollo de Cerro Dragón, el mayor yacimiento de crudo del país. Las cuatro restantes pertenecen a la cuenca Austral y aunque son bloques marginales, de alto riesgo geológico, poseen potencial gasífero.
Primeros pasos
Por pedido de los Bulgheroni, un equipo de profesionales ya está evaluando el perfil geológico de las áreas y la historia de actividades concretadas en los siete campos: Meseta Cerón Chico, Río Guenguel, Sur Río Deseado, Paso Fuhr (adjudicadas a Epsur) y Tapi Aike, El Turbio y El Turbio Este, ganadas por Misahar.
Según las ofertas económicas comprometidas, Báez tendría que haber desembolsado u$s 81,17 millones para buscar hidrocarburos en todas las concesiones, una cifra sobredimensionada según el consenso generalizado de la industria petrolera. Sin embargo, desde 2007 hasta fines de 2011, Epsur sólo perforó un pozo –no descubridor– en una de las siete áreas y concretó algunas tareas sísmicas. Aun así, allegados a Austral Construcciones señalan que Epsur –que extrae una ínfima cantidad de petróleo, cercana a los 35 metros cúbicos diarios en el yacimiento Mata Magallanes– elevó de forma significativa el nivel de actividad en los campos en 2012, con una inversión de u$s 20 millones.
“De algunas áreas, como El Turbio, hay escasos antecedentes y prácticamente no se conocen trabajos realizados. En otras, como Tapi Aike, sí se perforaron pozos, aunque no con resultados favorables”, explicaron fuentes del Instituto de Energía de Santa Cruz. Se estima que los Bulgheroni –que a través de PAE son de las pocas petroleras que incorporaron producción y reservas hidrocarburíferas en la última década– adquirirán la mayoría accionaria de los proyectos y se harán cargo de la operación técnica de la exploración. ›|‹