Estamos a poco de llenar un barco. En cualquier momento podríamos exportar”, bromeó el gerente de una operadora de la Cuenca Neuquina bajo reserva de nombre. La afirmación hace referencia a un problema que en medio del laberinto de los precios de los hidrocarburos parece haber quedado en un segundo lugar pero que preocupa a los empresarios del sector: la sobreoferta de petróleo Medanito, el tipo de crudo liviano que producen Neuquén y Río Negro.
Un complejo cóctel de caída de consumo de combustibles y crecientes importaciones avaladas por el gobierno nacional presiona sobre la producción local. Pero ahora se le suma una variable que podría cambiar las reglas del juego: la nueva planta de coque que inaugurará YPF en las próximos días le permitirá procesar 3.000 metros cúbicos por día más del crudo tipo Escalante, que se produce en el Golfo y es más barato que el regional.
Según admitió a “Río Negro” el ministro de Energía Juan José Aranguren, esto “aumentará el apetito” de la empresa nacional por otro tipo de petróleo en detrimento del neuquino.
En un mercado liberado, las cosas no deberían cambiar demasiado. Es que cada crudo tiene su precio de diferencia y existe un delta “técnico” que, según Aranguren –que viene del sector de la refinación-, es de entre 6 y 7 dólares. Puesto en la destilería, el Escalante “rinde” menos, y el Medanito más. Se supone que debería haber una compensación natural.
Sin embargo, los empresarios se quejan de que el precio del combustible en surtidor está puesto en referencia al crudo liviano neuquino. Y el delta real es mucho mayor al “técnico”. Por esta razón, hay refinerías como Oil de Cristóbal López que aún perdiendo subproductos deciden procesar más Escalante porque es más barato y lo pueden vender al mismo precio de lo venderían derivados de Medanito.
A su vez Axion, la refinería de la familia Bulgheroni, también planea ampliar su refinería para procesar más crudo pesado que, en este caso, produce su propio brazo petrolero, Pan American Energy, en el yacimiento Cerro Dragón.
El complejo tránsito entre un mercado ultraintervenido y uno totalmente liberado amenaza con llevarse puesto al crudo local. Es que a las refinerías ya no les conviene comprar la variedad local sino importar petróleo o directamente productos refinados como el gasoil.
“Las empresas chicas –y no tan chicas- nos quedamos sin vender. No tenemos dónde colocar nuestra producción. Prefieren traer refinados importados porque dejan más renta, pero son combustibles que no agregan valor local y tampoco pagan regalías”, explicó otro empresario que opera en Neuquén y Río Negro.
Y agregó otro dato: aunque quisiera, no sería rentable exportar ese remanente porque hay resoluciones del anterior gobierno todavía vigentes que harían inviable la venta al extranjero, ya compleja de por sí porque implica vender entre un 10 y un 20% más barato que lo que paga el mercado local, siempre y cuando el barril criollo se sostenga.
A la mayoría de las operadoras pequeñas empezaron a llegarles mails y llamados de los departamentos comerciales de los refinadores. En todos les aclaran que los precios de este mes y el que viene tomarán el Brent como referencia y se le agregará o descontará el costo del flete.
“Si vamos a tener una temporada récord en el agro el consumo de gasoil va a subir. Este no es un problema de coyuntura. Significa que hay que aplicar cambios”, remarcó el empresario, representante local de una firma extranjera.
Este panorama se lo planteó un grupo de empresarios al secretario de Hidrocaburos, José Luis Sureda, a mitad de año. La respuesta fue que se trata de “un problema entre privados”.
Números
Pero más allá de la situación particular de las pequeñas operadoras, el cuadro podría compliacar a Neuquén. Luego de algunos años de repunte, entre enero y septiembre cayó un 2,5% interanual la producción de petróleo. Y no se debe sólo al precio: cuando la capacidad del almacenamiento de petróleo empieza a ponerse al tope, no queda otra que parar los pozos.
La única opción para descomprimir sería la exportación, una de las razones por las cuales el gobernador Omar Gutiérrez pide que se quiten las retenciones.
Según pudo saber este medio de fuentes del sector, las existencias de crudo en la terminal que la firma Oiltanking Ebytem tiene en Puerto Rosales están por encima de los promedios de años anteriores.
De forma paralela, el consumo de combustibles cayó un 0,5% en lo que va del año con respecto al año anterior. La mayor retracción está en las estaciones de servicio, donde la demanda de los automovilistas cayó por el parate de la actividad económica. El agro dinamizó en parte este mercado, aunque en este caso la mayoría de las compras son a granel.
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