El ministro de Energía, Juan José Aranguren, prometió que las importaciones de gas de este año terminarán costando un 15% menos que en 2016. La adquisición de barcos con gas líquido ya fue realizada por Enarsa para este año e implicará una erogación de US$ 850 millones, un 15% menos que los más de US$ 1.000 millones que se pagaron en 2016. Ahorraría US$ 150 millones.
Aunque el precio del gas está en aumento a nivel internacional, el ahorro se logrará a partir de una planificación anual de la necesidad de gas, Además, es la vuelta de Enarsa como comprador directo de este combustible, que durante años se había delegado en YPF.
Las licitaciones para las compras de gas fueron delegadas a YPF como un intento de transparencia. La compañía expropiada se encargaba de la tarea a cambio de una comisión. SIn embargo, eso no impidió que se desatarán disputas públicas entre el ex ministro de Planificación, Julio De VIdo, el también ex ministro Roberto Dromi (que representó a una trader) e YPF por el pasado de esas transacciones.
Aranguren decidió relevar a YPF de su rol de intermediario y poner directamente a Enarsa en esa tarea. Como consecuencia, promete que se ahorrará. Durante el año pasado, se desembolsó un 42% menos que en 2015 por «mayor competencia, licitaciones abiertas y mayor transparencia», según el ministerio de Energía.
En 2016, por primera vez desde que se importa, Enarsa hizo públicas todas las compras de barcos, su procedencia, el nombre del vendedor y la factura correspondiente. Eso nunca había sucedido con anterioridad.
Aunque el Gobierno puso un plan de estímulo a la producción de gas en Vaca Muerta (pagará US$ 7,50 por millón de BTU -la unidad de medida-, un precio atractivo que supera al internacional), las necesidades de importación continuarán por unos años.
El país perdió el autobastecimiento energético con la gestión kirchnerista. El 30% del gas que se consume en el país es importado. Aunque la producción mejoró en 2016, la dependencia energética del extranjero persistirá.
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