Estiman que una vez que esté operativo el yacimiento generaría divisas norteamericanas entre un 20 y 30 por ciento más de lo que produjo en su momento Alumbrera.
Si bien aún restan varios años para que el proyecto integrado Minera Agua Rica – Alumbrera (MARA) pueda entrar en explotación -se calcula que entraría para el 2026- estiman que una vez que esté operativo el yacimiento generaría divisas norteamericanas entre un 20 y 30 por ciento más de lo que produjo en su momento Alumbrera. Así lo calculó el presidente de Yamana Gold Argentina, Nicolás Bareta.
Para el ejecutivo de Yamana, la industria tiene “demostrada su capacidad de ingreso fiscal y parafiscal, donde en término de impuesto a las ganancias, retenciones, regalías e ingresos brutos locales y aportes a distintos entes locales” y que en el caso de MARA “puede dar entre un 20 y 30% más en dólares históricos de lo que generó Alumbrera, es decir unos ingresos totales a los distintos fiscos de más de US$ 1.100 millones durante 30 años”.
“Pero si le sumamos el compromiso de tener la mayoría de empleados locales, dejar la mayor cantidad de valor en producto regional se puede multiplicar por 5 o 6 el valor de los ingresos en términos de inyección directa a la economía local”, proyectó el directivo.
Bareta, en diálogo con Télam, contempló que el sector debe generar más transparencia en la información y entender la preocupación de las comunidades en la sustentabilidad ambiental, la generación de empleo y el desarrollo de la cadena de valor, para aprovechar la riqueza geológica y el ciclo positivo del precio internacional de los metales.
MARA, cabe señalar, se encuentra en una etapa de exploración. Esto es la recolección de datos que serán utilizados para un nuevo estudio de impacto ambiental por lo que “en esta etapa y por los próximos años no habrá tareas de producción, ni de construcción de infraestructura, ni movimientos de suelo”. A la vez, dicho estudio es un paso previo a la explotación en sí del yacimiento. En este orden de ideas, se calcula que a fines de este 2021 concluirá el estudio de factibilidad y que de prosperar, el yacimiento en el oeste catamarqueño podría entrar en producción recién a fines de 2026.
En la entrevista con el medio nacional, el ejecutivo de la firma minera se refirió a los incidentes producidos por antimineros (o ambientalistas) en la “Perla del Oeste”, cuando los manifestantes incendiaron las oficinas de la empresa.
Con una posición dialoguista, Bareta contempló que “debemos trabajar mucho más en transparencia, en comunicación, con una mecánica que a veces no parece suficiente”.
Por otra parte, para el directivo de Yamana, la discusión entre los actores debe encuadrarse dentro de la Ley General de Ambiente de la Nación, con las instancias de participación ciudadana en la provincia y las cuales “se vienen realizando desde distintas plataformas para que la ciudadanía puede acceder a la información y complementar su visión sobre preocupaciones válidas para la minería”.
Bareta explicó que el proyecto se encuentra en etapa de exploración avanzada para establecer “un nuevo diseño a través del programa que permitirá reunir este año la información faltante en lo geológico y de biodiversidad para ver cómo integrar el cuerpo mineralizado de Agua Rica con la infraestructura de La Alumbrera a 30 kilómetros de distancia”.
Al ser un proyecto integrado, la propuesta que Yamana espera ofrecer permitiría “reducir el impacto ambiental al utilizar infraestructura y áreas ya impactadas, además de sumar el trabajo con energías renovables y diseñar mayores programas operativos de manejo del agua para reducir cualquier preocupación”.
“Todo proyecto de desarrollo debe tener en cuenta la mecánica sustentable de proteger el ambiente”, remarcó el directivo.
En tanto, el ejecutivo se refirió al contexto en que se desenvolverá el debate por el futuro de MARA. En este orden de ideas, contempló que “la minería metalífera es una de las salidas legitimas que tiene la Argentina para su reconstrucción, basada en los recursos que tiene y sustentablemente manejados”.
Sobre este último eje, rescató que también se debe tener en cuenta “cuánto va a contratar y comprar localmente, cómo va a participar la comunidad de los controles ambientales y entender cómo se van a reingresar y repatriar los fondos para seguir explorando y hacer la vida de esa mina más grande, con impacto transformador de las comunidades”.
Así las cosas, comentó que casi la totalidad (el 90 por ciento) de toda la cadena de valor queda en el país. “Salarios, proveedores, transporte, materiales, control de calidad, impuestos nacionales, provinciales, los cánones por el uso de agua en proyectos que son de interés público por el trabajo que genera en economías regionales, el ingreso de divisas y la mejora en la balanza de pagos con commodities que demanda el mundo”, detalló.
El cronograma
• En 2022 el plan es “trabajar con la autoridades de Catamarca en los incentivos que necesita el proyecto y comenzar el informe de impacto ambiental”.
• Para el 2023 las compañías socias decidirán sobre el desarrollo que en caso de ser positiva, habilitaría la etapa de construcción en 2024 hasta comienzos de 2026, con la inversión de los US$ 2.800 millones generando al menos 3.000 empleos para su construcción.
• Agua Rica podría entrar en etapa de operación hacia fines 2026 con una dotación más permanente de entre 1.100 y 1.500 trabajadores directos e indirectos. Fuente: El Esquiú