Con el aval de la Secretaría de Minería provincial, la iniciativa será llevada a cabo por Mina Uvita. La extracción de la piedra semipreciosa prescindirá del uso de explosivos y químicos. Se realizará con trabajo artesanal de cantera.
Catamarca será sede de la explotación del primer yacimiento de jade en Sudamérica. El emprendimiento, que tiene el visto bueno de la Secretaría de Minería de la provincia y de la Municipalidad de Fiambalá, se llevará a cabo al sur de Las Termas, en dicha localidad, dentro del departamento de Tinogasta.
Sobre la base de los registros de la Secretaría, la empresa que se encuentra a cargo del proyecto es la catamarqueña Mina Uvita. “El 100% de la mano de obra contratada será de origen local, y nuestras tareas no dañarán el medio ambiente ni afectarán en lo más mínimo el complejo termal”, aseguró Manuel Menéndez Grau, referente de la concesionaria, en el acto de presentación de la iniciativa.
Según sus palabras, se trabajará con pico y pala, sin utilizar agua, explosivos ni productos químicos. “La piedra debe ser extraída de manera artesanal, con el mayor tamaño y en las mejores condiciones posibles. Por eso nuestros estudios de impacto ambiental fueron aprobados sin ningún inconveniente”, explicó.
Por su parte, el intendente Amado Quintar remarcó el apoyo comunitario obtenido, refrendado en una consulta popular, en relación con la posibilidad de aprovechar el jade de la zona sin impactar negativamente sobre el entorno. “Para garantizar esto, impulsaremos la implementación de todos los controles y monitoreos que sean necesarios, e incluso invitaremos a quienes alberguen dudas a participar en ellos”, señaló.
A su turno, Carlos Salazar, en representación de los ambientalistas de Fiambalá, manifestó su conformidad con los anuncios efectuados y también destacó la postura oficial de asegurar que no habrá explotación de uranio en el municipio.
Piedra semipreciosa
En realidad, el jade es una piedra semipreciosa que hace referencia a dos minerales diferentes: la jadeíta y la nefrita. Para ser considerados como dicho recurso, ambos deben estar presentes a modo de agregados en forma de gránulos muy finos o fibras entrelazadas.
Vale destacar que la jadeíta sólo muy escasas veces conforma verdaderos cristales. Y el jade tiene, a menudo, un tono verdoso debido a impurezas de cromo.
Hace más de 5.000 años, este mineral ya era utilizado en China y Mesoamérica para fabricar utensilios y adornos. En sus orígenes era tan duro y resistente como ningún otro material, por lo que también se empleaba para elaborar armas y herramientas.
A lo largo del tiempo, varias sociedades han rendido culto a los objetos hechos de jade, debido a su fama de amuletos para atraer la buena suerte y a la creencia de que incrementan la energía y prolongan la vida.
A veces se lo confunde con la serpentina (mineral también llamado “jade de China” o “jade nuevo”), que posee un aspecto similar y suele aparecer en los mismos yacimientos que la jadeíta y la nefrita. Se trata, no obstante, de un material más blando y menos resistente. Y como se trabaja mucho mejor, se ha establecido como su principal sustituto en los últimos años. ›|‹