Según explicó Manuel Benítez, presidente de la minera estatal
La empresa explora áreas lindantes al yacimiento La Junta y nuevas vetas como Los Viscos y Encuentro. Para fin de año espera tener definido el proyecto de ampliación de la planta de procesamiento del mineral.
Farallón Negro es uno de los proyectos ícono de la minería argentina, por varias razones. Primero, porque es una de las principales minas metalíferas que opera bajo la órbita estatal, debido a que su explotación está a cargo de Yacimientos Agua del Dionisio (YMAD), cuya titularidad se reparten la gobernación de Catamarca y la Universidad de Tucumán. Y segundo, porque es uno de los yacimientos que lleva más años en explotación: las actividades de extracción de oro, plata y manganeso en el departamento de Belén (Catamarca) iniciaron en los 70. Sin embargo, en los últimos años, la empresa estatal ha relanzando una campaña exploratoria para extender la vida útil del yacimiento y, a su vez, planea ampliar la planta de procesamiento con el fin de incrementar la producción de oro y plata de la mina.
“Estamos consolidando el desarrollo de las reservas del yacimiento, no sólo en Farallón Negro, sino también en áreas aledañas, como La Junta”, explicó Manuel Benítez, presidente de YMAD. “También prevemos perforar las ventas Encuentro y Los Viscos para avanzar con el conocimiento del yacimiento”, agregó en diálogo con El Inversor Energético & Minero.
Farallón Negro produce oro y plata a partir de mineral de alta ley (6 g/Tn) de Alto de La Blenda. Para este año, la compañía proyecta registrar un nuevo récord de producción: en los primeros seis meses del año, estima procesar 300 kilogramos (kg) de oro y 4.000 kg de plata.
La planta ubicada en el yacimiento procesa el recurso minero, con el fin de refinar –tras las etapas de cianuración, precipitación con cinc y fundición– lingotes de oro y granallas de plata. Además, YMAD planea seguir sumando reservas. “Somos la única minera en la Argentina que está completamente integrada, porque nos encargamos desde la exploración hasta la refinación del mineral. Por eso decimos que somos una escuela de aprendizaje para los ingenieros de minas recién recibidos”, indicó el presidente de YMAD, que a su vez es dueña del 20% del proyecto Bajo La Alumbrera, la mayor mina de cobre de la Argentina.
Ampliar capacidad
YMAD opera la única planta refinadora de oro y plata del país, en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, donde procesa cerca de 2,570 onzas (oz) de oro y 1 Tn (32.150 oz) de plata al mes.
Además, la empresa desarrolló en el lugar toda la infraestruc-
tura necesaria para explotar el yacimiento, que comprende: la mina, planta de beneficio, usina para la generación de electricidad, casas para familias y habitaciones para el resto del personal, talleres, laboratorio químico y medios de comunicación. También funciona un colegio primario y otro secundario.
La empresa aspira a concretar la ampliación de la planta. “Debemos analizar muchos factores antes de lanzar el proyecto, como el tipo de roca a procesar y la cantidad, la ingeniería metalmecánica. Pero creemos que a fin de año estaremos listos para dar a conocer los principales lineamientos del emprendimiento”, afirmó Benítez.
El ejecutivo destacó el rol de Farallón Negro como “incubadora minera de la Argentina”, dado que motoriza la relación entre la Universidad y la industria, y funciona como un permanente espacio de aprendizaje para estudiantes, operarios y profesionales. De hecho –puso como ejemplo–, el superintendente de Farallón Negro, Raúl Pereyra, es un ingeniero en minas nacido en Catamarca que ingresó a la empresa como becario y fue ascendiendo hasta ser, hoy en día, encargado del yacimiento. “Para nosotros es motivo de orgullo”, concluyó Benítez.