Mientras la Argentina, con Mendoza incluida, no generó ingresos por ese mineral, Chile exportó durante el 2022 por u$s 43.888 M. El vecino país sigue siendo un actor principal del sector a nivel mundial en instantes que, minerales como el cobre, juegan un rol clave en la transición hacia energías limpias.
No vale la pena ni siquiera comparar las cifras de las exportaciones mineras argentinas con las chilenas, porque de cerrar un buen año en el país se habrá exportado por una cifra que ronde los u$s 4.000 M. Aunque se trata de un avance en los números, estamos muy lejos de las grandes ligas, aún con el boom del litio que se está generando.
Chile, sólo con sus exportaciones de cobre, envía al exterior un 90% más que todo lo que envía la Argentina, pero sólo porque en provincias como Mendoza no se aprovecha el supuesto potencial. Y tenemos que hablar de supuesto potencial, porque a nivel local ni siquiera exploramos como para saber si en realidad tenemos un nivel importante de material y la ecuación técnico-económica permite extraerlo.
Como ya se dijo en muchas oportunidades se está perdiendo el tren de la oportunidad. En Chile se discute como mantener su nivel de producción de cobre y busca cubrir los proyectos más grandes con nuevos yacimientos (para lo cual es el país que más invierte en exploración en el mundo). En Mendoza, en la Legislatura los senadores de las comisiones de Minería y Ambiente dijeron que se tomarán todo el tiempo que sea necesario para autorizar la exploración de Cerro Amarillo. Lo insólito, es que la exploración es un proceso apenas inicial en un camino que puede demorar hasta 10 años para que esos pórfidos de cobre se conviertan en una mina, siempre que todo en el proceso resulta positivo. Lo peor, es que es todo se frena en un paso político, porque los pasos técnicos ya los cumplió. Ahora los técnicos tienen que ir a la Legislatura a justificar su trabajo ante personas que se dedican a la política y de minería entienden cero.
Recordemos que recibieron el expediente de Cerro Amarillo en noviembre en el Senado y no avanzó aún con un dictamen. Retomarán la discusión en febrero y después seguirá el mismo camino, y posiblemente más lento, en Diputados. Por ahora, el proyecto duerme en la Legislatura.
La exploración es el inicio de un proyecto minero, cuyo proceso completo hasta entrar en producción puede tardar muchos años. Por eso, es el momento clave para comenzar a explorar si se quiere ser parte del proceso de lucha contra el cambio climático. Mendoza ya va tarde y debería comenzar hoy a explorar para hacer que el supuesto potencial sea aprovechado y repercuta en la realidad económica y social de la provincia. Debe explorar para saber qué tiene y qué puede hacer con eso.
Fuente: Memo Mendoza