La Comisión Nacional de Productividad (CNP), que lidera el economista Joseph Ramos, entregó a la Presidenta Michelle Bachelet, el informe con 54 recomendaciones para mejorar la productividad en la gran minería del cobre. Industria que ha experimentado un deterioro sostenido en los últimos 15 años en Chile, que a través de este estudio esperar recuperar su liderazgo en producción y productividad.
Esta investigación, que fue analizada en Calama por Ramos, comparó los procesos productivos cupríferos más importantes de las principales 12 faenas chilenas, contrastándolos con los mismos indicadores de las mineras internacionales que alcanzan las mejores prácticas. Ejercicio que reveló un centenar de situaciones relevantes para la industria.
Entre las claves que logró establecer el estudio, está la necesidad de homologar los requisitos a proveedores y contratistas, para reducir así los tiempos de acreditación y los costos, que merman la productividad de este sector. Barreras que determinó la CNP, tras realizar una serie de entrevistas con proveedores, empresas mineras, agencias públicas, y otros actores.
El proceso de acreditación -detalla el capítulo 10 del informe- consiste en la certificación de estándares para el trabajo en faenas mineras de los servicios externos y sus trabajadores, realizado por la minera mandante (que acredita el cumplimiento de las condiciones mediante un certificado de ingreso). La duración del proceso de acreditación es ampliamente heterogénea en duración, con un promedio de 38 días y un máximo de 75.
Lo que no solo es lento, es en muchos casos redundante, pues el mismo proveedor debe acreditarse cada vez que un proveedor empieza a trabajar para alguna faena minera. Estas demoras conllevan costos importantes: una gran empresa minera estima en US$500 mil el costo anual de cada día adicional de acreditación. Estos tiempos se deben tanto a fallas de coordinación y a la ausencia de estándares homologables dentro de la industria, como a la falta de intercambio de información (incluso entre faenas de un mismo dueño).
El estudio del CNP, plantea que parte de la solución a la demora en los tiempos de acreditación, es la homologación en estándares y criterios comunes para temas claves como seguridad y salud ocupacional, una solicitud casi unánime de quienes fueron consultados en estas materias.
Aunque la homologación de criterios -aclara la Comisión- no necesariamente implica que el proceso de acreditación no deba repetirse en una nueva faena, dado que pueden existir requisitos específicos (por ejemplo: altura), pero sí implica un menor tiempo en términos de acreditación, al cubrirse aspectos comunes de la industria que se repiten en todas las faenas.
Ello mejoraría la eficiencia global del sector, pues tanto empresas mineras como empresas proveedoras se verían beneficiadas de menores tiempos de acreditación.
Las posibles soluciones pueden provenir directamente desde la regulación y la política pública, desde una autoregulación por parte del sector privado o desde una combinación de ambas. La política puede además implementarse a nivel regional otorgando movilidad al trabajador.
La investigación destaca además, que existe un gran espacio para la reducción de costos y tiempos en la acreditación de proveedores y contratistas a través de la homologación, o estandarización, de requisitos entre distintas empresas y faenas, lo que redundaría en importantes ganancias de eficiencia global en el sector.
Existen algunas valiosas iniciativas en este tema a nivel de empresas mineras, proveedores y gremios, y desde el sector privado se han realizado esfuerzos importantes en esta dirección. Aprimin señala que ya se han firmado convenios de homologación con cuatro grandes empresas mineras, entre ellas Codelco, Antofagasta Minerals, AngloAmerican y Collahuasi, las que representan el 61% de la producción nacional.
Estos convenios incluyen estándares de Inducción General Básica en Seguridad, Vehículos Livianos (Camionetas), y Evaluación de Salud Pre Ocupacional. Estos acuerdos presentan distintos niveles de avance, pero cuando estén completamente operativos debiesen representar un ahorro estimado por Aprimin de US$30 millones anuales. Este año, además, se espera sumar a las mineras SQM y Teck. Millones de dólares podría ahorrar la industria cuprífera de homologar sus requisitos de acreditación.