Mientras SQM y Corfo no lograron conciliar posiciones en torno a la disputa por los contratos de arrendamiento en el Salar de Atacama -escenario que para algunos era previsible-, los accionistas de las sociedades Cascada estaban enfocados en otra preocupación. Se trataba de la respuesta del regulador de libre competencia de la India a la petición de Potash Corp, de contar con un mayor plazo para vender su participación del 32% en SQM.
Con miras a expandirse internacionalmente, los reguladores de China e India habían puesto como requisito para su fusión con el gigante Agrium que se vendieran tres inversiones donde la compañía canadiense tuviera participaciones minoritarias. Así, entró en el plan la venta la participación de Potash en SQM.
No obstante, el 12 de octubre representantes de Potash solicitaron al regulador indio no vender su participación o, en su defecto, darles un mayor plazo para concretar dicha negociación, según cuenta una fuente conocedora de aquellas tratativas. Contactado Potash, declinó referirse al tema.
En ese marco, los accionistas de Cascadas esperan que la comisión india se pronuncie sobre el aumento del plazo solicitado. A la vez, condicionan la relación con Corfo a quiénes serán los nuevos propietarios de Potash. Ello, porque entre los requisitos que exige Corfo a la minera no metálica para continuar operando el Salar está justamente la composición del directorio.
La conciliación arbitral que lidera Hector Humeres corre por un carril distinto a la de la negociación entre el ex ministro Felipe Bulnes por Corfo y Sebastián Oddó; que comenzó hace menos de un mes. No obstante, ambas acciones son vinculantes e impactarían en la futura extracción del litio por parte de SQM en el Salar de Atacama.
Desde el interior de SQM advierten que a la mayoría de los eventuales compradores de los paquetes accionarios de Potash les preocupa que la firma no se pueda proyectar más allá de 2030. Ello debido a que la compañía está autorizada para operar hasta 2022 y quedarse hasta 2030, pero sin sacar una gota de litio del Salar de Atacama.
Para algunos accionistas es importante que Humeres entregue su fallo en el corto plazo. El caso lleva más de dos años y eso permitiría despejar las dudas y establecer los fundamentos por los que Bitran pide la pérdida de control de Ponce, cuentan.
El mejor escenario que podría enfrentar la minera no metálica es que Corfo extienda la extracción del litio. Además advierten que en el caso de enfrentar un fallo adverso, SQM recurriría a otra estrategia y se volcaría a sus inversiones de litio, en Argentina y en Australia. Por ahora, ambos procesos de venta se encuentran entrelazados con el conflicto con Corfo.
La fracasada conciliación
Por más de tres horas estuvieron reunidos al interior del Centro de Arbitraje y Mediación (CAM) de la Cámara de Comercio de Santiago el equipo jurídico de SQM y su gerente general, Patricio de Solminihac; junto a los abogados internos y externos de Corfo y su vicepresidente, Eduardo Bitrán, para intentar llegar a un acuerdo de conciliación en el marco del arbitraje que llevan ambas partes desde 2014 por los contratos de arrendamiento en el Salar de Atacama.
Esta era una de las últimas instancias en que ambas partes podría llegar a un acuerdo; sin embargo, no hubo humo blanco. SQM no accedió a la seguidilla de peticiones realizada por el organismo estatal, entre las que se encontraba el aumento de las rentas de arrendamiento al mismo nivel del contrato de Albemarle, la restitución de derechos de agua y mineros, y, uno de los puntos más conflictos: que la pérdida del voto dirimente del presidente, con el cual se modificaría la estructura de control de la sociedad. Así, Corfo mantuvo la exigencia inicial de devolución anticipada del Salar de Atacama por parte de la empresa y se ponga término anticipado a los contratos.
Aunque no llegaron a un acuerdo, Corfo y SQM pueden volver a solicitar otro encuentro conciliatorio.
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