Chile reduce sus expectativas de atracción de inversiones

La industria chilena, en un momento crítico

Hace apenas un año, el Gobierno trasandino preveía captar u$s 100.000 millones para el desarrollo de nuevos proyectos mineros hasta 2022. Debido a diversas postergaciones,
esa estimación se redujo a u$s 35.000 millones.

Del otro lado de la Cordillera, la minería vive su momento más incierto, con millonarios proyectos en stand by y una enorme revisión a la baja en las expectativas para los próximos años.
Doce meses atrás, el Gobierno de Sebastián Piñera esperaba captar inversiones en el sector por más de u$s 100.000 millones hasta 2022, pero por estos días las perspectivas son mucho menos optimistas. “Con suerte vamos a llegar a los u$s 35.000 millones”, expresó Thomas Keller, presidente ejecutivo de la estatal Codelco, ante la prensa trasandina.
En su opinión, actualmente la gran minería tiene una mirada más conservadora y los emprendimientos marginales están siendo postergados debido al alza sostenida de los costos operacionales, que tienen mucho que ver con las menores leyes de los minerales. “El aumento de costos viene siendo explosivo. Los gastos de desarrollo se han más que duplicado con respecto a quince años atrás”, comparó.
Asimismo, remarcó el impacto negativo del incremento en los salarios. “Estamos pagando sueldos en términos absolutos y comparativos que son mayores a los de nuestros competidores de Estados Unidos y Canadá”, puntualizó el directivo, quien también mencionó el tipo de cambio como una de las grandes complicaciones para las nuevas propuestas.
Por su parte, Alberto Salas, titular de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), indicó que las suspensiones de iniciativas previstas para 2022 ya suman un valor equivalente a los
u$s 43.000 millones. “El mayor valor de la energía, el agua y la mano de obra está quitando márgenes al negocio, en un escenario que también sufre una tendencia a la judicialización en varios proyectos”, sostuvo.
A su criterio, las ganancias mineras del “súper ciclo chileno” llegaron a su fin. “Hemos perdido mucha competitividad en esta industria y si no hallamos soluciones pronto también cederemos nuestro liderazgo a nivel mundial”, advirtió.

Más para lo mismo

Según datos de Sonami, en 2004 Chile producía unas 5.420.000 toneladas (Tn) de cobre fino. El año pasado, el volumen fue prácticamente el mismo: 5.455.000 Tn. Sin embargo, en dicho lapso se invirtieron u$s 48.000 millones para incrementar la producción, además de que las dotaciones de personal crecieron sustancialmente (tan sólo entre 2001 y 2012 la cantidad de trabajadores mineros subió de 134.000 a 165.000).
“La gran diferencia estriba en que para obtener 1 Tn de cobre fino las empresas necesitaban invertir unos u$s 7.000 anuales, mientras que actualmente deben desembolsar u$s 16.000. O sea que, para producir lo mismo, se gasta más del doble. Y para 2016 esa suma podría elevarse hasta los u$s 22.000 ó
u$s 25.000”, detalló Salas. ›|‹

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Proyectos paralizados

Algunas de las millonarias iniciativas mineras momentáneamente suspendidas en Chile son Quebrada Blanca II, donde Teck debe lidiar con mayores requisitos de evaluación de impacto social y comunitario; Relincho, afectado por los problemas eléctricos en Atacama; Andina, cuya ampliación por parte de Codelco se encuentra en stand by, y el proyecto binacional Pascua-Lama, aplazado por demandas de afectaciones en cursos de agua de comunidades indígenas.
“Hay empresas que tienen la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobada, pero fueron cuestionadas en el Poder Judicial, por lo que varios emprendimientos que venían bien encaminados ahora se encuentran en revisión”, completó Salas.

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