Según nos acercamos a 2019 se van confirmando las tesis de los analistas internacionales sobre el gran cambio económico que nos espera. La inflación y la caída de las bolsas mundiales, sumados a la pérdida del valor del papel moneda, bonos estatales y mercados bancarios, hace que los estados se preparen para la lucha y busquen medidas de contención y salvaguarda, encontrando en el oro el valor refugio necesario. China entre esos estados.
La República Popular China ha sabido ver al futuro con mejores miras que otros países. Para ello, lleva varios años aumentando sus reservas de oro custodiadas en el Banco Central, a la vez que va adquiriendo compañías mineras en todo el mundo, sobre todo en África y Sudamérica, para garantizar que el rendimiento de las extracciones vayan directamente a sus manos.
“Los bancos centrales del mundo han estado abasteciéndose de oro y China no lo ha despreciado como activo en un mundo digital moderno. Desde la crisis financiera, el ‘gigante dormido’ ha estado haciendo acopio del metal precioso a un ritmo vertiginoso y las implicaciones son considerables”, explica Dominic Frisby en Money Week.
Las reservas mundiales totales de oro de los bancos centrales suman poco menos de 34.000 toneladas, aproximadamente el 20% de las 175.000 toneladas del suministro total sobre el suelo.
Estados Unidos se mantiene a la cabeza con un total de cerca de 8.133,5 toneladas de oro, según fuentes del Consejo Mundial del Oro, recogidas por Oroinformación.
Según la tabla de reservas de oro de los bancos centrales, con datos del World Gold Council, de entre las 20 naciones más ricas, el Reino Unido se encuentra en el puesto 17 con 310,3 toneladas, dos lugares por debajo de Kazajistán y 0 por encima del Líbano o España.
Alemania, con 3.369,7 toneladas, ocupa el segundo lugar del ranking; mientras que Rusia, con 2.066,2 toneladas aparece en el sexto puesto y China en el séptimo con 1.842,6 toneladas de oro.
En 2007, China superó a Sudáfrica y ahora representa alrededor del 15% del total anual de la producción mundial de oro. “El secreto del éxito está en que el gigante asiático se queda con todo el oro que extrae. No vende una sola onza al exterior, y además ha aumentado sus importaciones, superando a la India en 2014”, explica Dominic Frisby.
Hay que señalar que no todo el oro que se abre camino hacia China va al Banco Central. De hecho, China ha fomentado la acumulación privada de oro. La cuestión es que el Banco Central de China apuesta por la opacidad y no revela todas sus compras de oro; es decir, prefiere el oro amonedado que no requiere divulgación en los informes de aduanas.
Ross Norman, director ejecutivo de Sharps Pixley, explica que “el juego con las cifras consiste en que su objetivo es que el número que dan debe ser suficientemente alto como para obtener la credibilidad del Fondo Monetario Internacional, pero no tan alto como para desafiar a Estados Unidos”. Las tenencias oficiales de oro de China ascienden actualmente a solo el 2% de sus reservas de divisas. La cantidad de 10.000 toneladas equivaldrían al 11% de las tenencias de divisas. Eso es sobre el promedio internacional. En esos términos, 10,000 toneladas no es un número tan extraordinario.
El caso es que, si China declarara hoy que tiene 10.000 toneladas, establecería el precio del oro mucho más alto, cosa que no le interesa mientras sigue acumulando metal precioso en sus arcas.
“Tampoco quiere un yuan respaldado por oro que podría fortalecerse significativamente porque le interesa que el yuan esté bajo para fines comerciales. Y, en tercer lugar, y quizás más que todo, declarar que tiene más oro que Estados Unidos sería un desafío directo a la supremacía estadounidense, casi una declaración de guerra. China no está lista para eso”, concluye el experto analista en Money Week.
Fuente: Oroinformación