La Cámara de Proveedores y Empresarios Mineros (CAPEM) estimó que los recursos mineros chubutenses abarcan una superficie de más de 75.000 kilómetros cuadrados. Según su titular, Gerardo Cladera, el potencial disponible es equivalente al de Santa Cruz.
No hay razones válidas para que Chubut no aproveche de manera sustentable su enorme potencialidad geológica, según la Cámara de Proveedores y Empresarios Mineros (CAPEM). El presidente de esa entidad, el geólogo Gerardo Cladera, precisó que tan solo en la Meseta Central la provincia cuenta con más de 75.000 kilómetros cuadrados (kmµ) ricos en minerales.
De acuerdo con el especialista, el horizonte productivo de la zona sobrepasa el siglo de actividad. “La puesta en valor de sus recursos podría hacer que Chubut se convierta en una de las plazas mineras más ricas del país”, sentenció. A su criterio, el potencial provincial es superior o al menos equivalente al de Santa Cruz, que lleva casi tres décadas de explotación metalífera a gran escala y hoy es la mayor exportadora de metales preciosos de la Argentina. “Desde un punto de vista geológico, la Meseta fue una zona muy caliente durante millones de años. Ese proceso fue mineralizando toda la región y la placa de la corteza patagónica”, explicó.
A lo largo de millones de años, resaltó, se generaron diferentes depósitos minerales en distintos lugares. “Cuando decimos Navidad, en verdad hablamos de un distrito minero. Hay muchas áreas similares para explorar”. A su actual ritmo de desarrollo, calculó, Santa Cruz tiene minería asegurada para 100 años más. “La geología chubutense es idéntica, ya que la Patagonia era un territorio separado que se movilizó y terminó chocando con el resto del continente. Ambas provincias cuentan con muy pocas zonas en las que puede haber suelo apto para la actividad agrícola. El resto es roca”, comparó.
Un 70% de la superficie de Chubut, detalló, permite la exploración de minerales. “El clima y la escasa cobertura vegetal posibilitan que la explotación minera sea sencilla y de bajo impacto ambiental. Estamos realmente tocados por una barita mágica geológica. No deberíamos desperdiciar esta oportunidad”, completó.
Grandes expectativas
A decir de Cladera, de habilitarse la minería en suelo chubutense apenas deberían transcurrir cinco años para que puedan entrar en explotación dos proyectos y se pongan en construcción otros cuatro. La iniciativa que mayores expectativas despierta, admitió, es sin dudas Navidad, cuyo horizonte de producción inicial superaría los 30 años.
“Su construcción implicaría una inversión estimada de u$s 1.000 millones durante dos años y ocuparía 3.500 empleos directos e indirectos. La mano de obra demandada, en tanto, sería de 950 empleados directos y 3.600 por la vida de la mina”, cuantificó el titular de la CAPEM.
Desde su óptica, la ubicación geográfica de los nuevos emprendimientos mineros le brindaría a la Meseta Central y a las ciudades costeras de la provincia un desarrollo económico inédito. “Los salarios y los fondos que ingresen a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) seguramente dinamizarían la economía local. En ese sentido, no debe omitirse que la minería paga –en promedio– los sueldos más altos de la Argentina”, concluyó el directivo. ›|‹
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