La amenaza de que comience una guerra comercial entre las principales potencias mundiales continúa latente. Sobre todo después de que el jueves pasado el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que impondrá aranceles por US$ 60 mil millones a las importaciones provenientes del gigante asiático, su segundo socio comercial, argumentando que no respeta la propiedad intelectual estadounidense.
Los recientes anuncios se sumaron a los que ya había dado a conocer Trump a principios de mes sobre el acero y el aluminio con aranceles de 25% y 10%, respectivamente, y que entraron en vigencia el viernes pasado.
Las medidas proteccionistas que afectarán las importaciones estadounidenses de acero y aluminio, como también a distintos productos provenientes de China, han generado, según los analistas, una mayor incertidumbre respecto del crecimiento de la economía mundial y ello, a su vez, ha impactado a la baja el precio de los commodities, y en particular del cobre.
Ayer el metal rojo retrocedió 2,37% en la Bolsa de Metales de Londres (LME) hasta los US$ 2,95 la libra, su menor valor en casi seis meses, específicamente desde el 4 de octubre del año pasado, cuando la libra se cotizó en US$ 2,93.
El aluminio, en tanto, ayer cayó 1,31% hasta los US$ 91,7 por libra y en el mes ha retrocedido 6,31%. Sin embargo, el acero es el que peor desempeño ha tenido desde que se anunciaron los aranceles, anotando una baja de 14% en su cotización, hasta los US$ 64,5 por tonelada métrica. Solo ayer cedió 1,53%
Rolando Lay, analista de Cru, comentó que “a pesar de que el cobre no ha sido directamente involucrado en nuevos impuestos de comercio internacional entre China y EE.UU., de igual manera el temor de una guerra comercial entre economías poderosas va a generar efectos negativos en los precios del cobre y de commodities en general”.
Lay agregó que en el caso del cobre el impacto se manifiesta principalmente por un crecimiento económico global más débil, lo que repercute en menor consumo del metal. “Debido a que China respondió oficialmente a las medidas impuestas por EE.UU., los temores de una guerra comercial aumentaron, impactando en menores precios debido a los posibles efectos negativos de crecimiento en China”, señaló el analista de Cru.
Una opinión similar sostuvo Álvaro Merino, gerente de estudios de Sonami, quien afirmó que “imponer trabas al comercio internacional generará una menor actividad económica a nivel global, afectará la demanda por cobre y, en consecuencia, impactará su precio”. Evidencia de ello es que los inventarios del cobre en la Bolsa de Metales de Londres aumentaron en 35 mil toneladas, lo que quiere decir que desde el viernes hasta ayer crecieron un 11%.
Restricción al comercio
De materializarse una guerra comercial que impacte negativamente el crecimiento económico global y la demanda por cobre, la economía chilena sería una de las más perjudicadas. Esto porque si bien Chile cuenta con una economía abierta, el cobre es su principal producto exportado y va en un 40% a la economía del gigante asiático. “En estas guerras comerciales, al final terminan todos perdiendo porque se restringe el comercio y la globalización. Y, por cierto, uno de esos es Chile, en particular porque tiene una economía muy abierta y sus principales socios son justamente China y Estados Unidos”, afirmó Luis Felipe Lagos, economista de la Universidad Católica. Lagos agregó que otros productos que Chile exporta podrían verse afectados.
Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, comentó que una eventual guerra comercial “afectaría directamente la demanda por cobre al disminuir la actividad industrial y sectores inmobiliarios que son los mayores demandantes de cobre”.
Plusmining estimó un precio promedio entre US$ 3,3 y 3,4 por libra para 2018. Guajardo explicó que mantienen la proyección hasta que no se produzca un cambio en las condiciones de la economía mundial.
Fuente: El Mercurio