Comenzó la segunda ola de inversiones locales en el negocio del petróleo

Después de expandirse en el segmento de servicios públicos tras la devaluación de 2002

Representantes del establishment vernáculo, como Román, Eurnekian, Mindlin y Manzano, quieren ganar terreno en el upstream de hidrocarburos.

Tras el brusco reacomodamiento provocado por la salida de la convertibilidad y la consiguiente pesificación de las tarifas de luz y electricidad, varios empresarios locales aprovecharon ese escenario para ingresar al sector energético. Marcelo Mindlin, titular del grupo Dolphin, compró la participación de Electricité de France en Edenor. Sadesa, el holding liderado por Carlos Miguens, Eduardo Escasany, Guillermo Reca y la familia Caputo, entre otros, se quedó con la participación de Total en el segmento eléctrico. Hoy controla cuatro usinas eléctricas y es uno de los grandes generadores del país. Y Hugo Sigman, del poderoso grupo Chemo, adquirió un porcentaje minoritario de Gas Natural BAN (hoy Gas Natural Fenosa), la segunda distribuidora de gas de la Argentina. Fueron operaciones que se concretaron entre 2004 y 2008 y, en su gran mayoría, sirvieron para colocar a empresarios locales en el management de prestadoras de servicios públicos.
Con los problemas cambiarios y la incertidumbre que reinan ahora en la economía, los empresarios locales volvieron al ruedo. La novedad, en la actualidad, radica en el cambio del target de los jugadores nacionales, que apuntan a un eslabón anterior en la cadena de valor de la energía: si antes desembarcaron en el segmento de distribución y comercialización de gas y electricidad, hoy apuestan por tener presencia en el upstream de hidrocarburos, es decir, en la exploración y producción. Los altos precios internacionales del crudo, que coinciden con una política de apertura e incentivos a la explotación de crudo y gas en el mercado interno, explican en gran medida el fenómeno.
Uno de los emergentes de esa tendencia es Alfredo Román, el dueño del grupo homónimo, una de las mayores empresas de logística de la región, que a fines del año pasado concretó un sueño histórico: jugar en el mercado petrolero. Román adquirió el porcentaje de Roch, la petrolera creada por el empresario Ricardo Chacra, que estaba en manos de la IFC, brazo financiero del Banco Mundial. El empresario pasó a controlar así cerca de un 32% del paquete accionario de la petrolera independiente, tal como se conoce en la jerga a las operadoras que no cuentan con el respaldo de un grupo multinacional, con activos en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Mendoza y Neuquén.
Eduardo Eurnekian es otro de los popes del establishment vernáculo que quiere cimentar un crecimiento en el área hidrocarburífera. Con múltiples negocios en el plano local e internacional, tan diversos que van desde la explotación de terminales aeroportuarias hasta el desarrollo de terneros clonados, pasando por grandes obras de infraestructura hídrica y vial, el titular del holding Corporación América y de Aeropuertos Argentina 2000 adquirió en abril pasado la empresa Compañía General de Combustibles (CGC), histórico brazo petrolero de Sociedad del Plata, de Santiago Soldatti. Y ahora está buscando oportunidades para aumentar el porfolio de la empresa en la industria hidrocarburífera.

empresarios
Onda expansiva

Eurnekian está interesado en comprar las áreas de Petrobras en Santa Cruz, de las que CGC es socia minoritaria. Las negociaciones con la petrolera brasileña comenzaron el año pasado, aunque en los últimos meses parecen haberse estancado. También sondeó la posibilidad de pulsear por los yacimientos de Apache en Tierra del Fuego, que finalmente quedaron en manos de YPF. E incluso pivoteó sobre la chance –nunca materializada– de asociarse con la empresa presidida por Miguel Galuccio para invertir u$s 500 millones en el desarrollo conjunto del campo hidrocarburífero en Neuquén.
Otro de los que quiere consolidarse en el upstream es José Luis Manzano, el ex ministro de Interior del menemismo, que se valió de sus influjos políticos para posicionarse con decenas de campos exploratorios en varias provincias petroleras. En total, a través de distintas subsidiarias como Kilwer, Ketsal y Clividen, el holding Andes Energía se adjudicó más de 30 bloques improductivos en Neuquén, Mendoza y Chubut, entre otros distritos donde se explota petróleo y gas.
Con ribetes de negocio inmobiliario, la estrategia de Manzano dio sus frutos: el año pasado vendió la mayoría accionaria de sus campos en Mendoza a YPF por una buena cantidad de dinero. Ahora, la compañía –que cotiza en la Bolsa de Londres– está evaluando otras estrategias de crecimiento. Concretó, en esa dirección, una oferta para quedarse con los activos de Gran Tierra Energy, una petrolera independiente de Canadá que controla un porfolio de yacimientos en la cuenca Neuquina y al norte de país.
También en Neuquén, Marcelo Mindlin quiere convertir a Petrolera Pampa en un productor de gas a fin de asegurar el abastecimiento de la central térmica Loma La Lata. En esa dirección, en noviembre el brazo petrolero del grupo Pampa Energía e YPF firmaron un acuerdo de inversión por más de u$s 150 millones para desarrollar un proyecto de producción de tight gas en el área Rincón del Mangrullo. En una primera etapa, Petrolera Pampa prevé invertir u$s 81,5 millones para el desarrollo de 17 pozos productivos en la formación Mulichinco de ese bloque.    ›|‹

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Escasa presencia

La participación de las compañías de capital nacional en el ranking de productores de petróleo y gas es escasa. Sólo se destacan Pan American Energy (PAE), el segundo productor de crudo del país, cuya titularidad se reparten la británica BP (60%) y Bridas (40%), de los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni y la china CNOOC. El buque insignia de los Bulgheroni desembarcó hace dos años en el downstream a partir de la compra de la refinería y estaciones de Esso, y ahora planea expandir la marca Axion Energy en el mercado local.
Otro jugador de fuste de origen argentino es Pluspetrol, propiedad de las familias Rey y Poli, que en la última década se diversificó en la región con operaciones en Perú (es operador del megayacimiento Camisea). La empresa es la cuarta petrolera del país y en los últimos años concretó algunas operaciones expansivas, como la compra de los yacimientos de la canadiense Petro Andina Resources.
Más atrás se ubica Tecpetrol, la petrolera de Techint, que ocupa el sexto lugar entre los productores de crudo.

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