Bajo la consigna “Agitar las aguas”, se realizó el 4° Festival Internacional de Cine Ambiental de Buenos Aires (FINCA), en donde, además de la proyección de films, se organizaron debates en reivindicación del agua como un bien común. En las proyecciones y mesas de discusión se dio voz a las comunidades afectadas por los proyectos extractivos y la desidia estatal. El 4 de junio en el centro cultural Paco Urondo se realizó una mesa debate sobre la temática con la Ley de Glaciares como eje.
“Seguiremos gritando retruco con un cuatro bajo la manga al mismo rey de la trampa”, cerraba su intervención en la mesa Antonio Jofré, de la Asamblea de Jáchal. El encuentro tuvo lugar bajo el título “Proteger nuestros glaciares” y contó con la presencia de Cristina Martín, coordinadora de la Campaña Los Glaciares no se tocan y miembro de la ONG Conciencia Solidaria, Guillermo Folguera, biólogo y filósofo, docente de la UBA e investigador del Conicet, Maristella Svampa, socióloga, escritora e investigadora del Conicet y docente en la UNLP, y Domingo Jofré, de la Asamblea Jáchal no se toca.
Los panelistas recorrieron diversos temas, centrándose especialmente en rescatar la historia del proceso que culminó en la sanción de la ley, el rol de los científicos y su responsabilidad en las luchas colectivas por la protección de los bienes comunes.
Entre abril de 2011 y marzo de 2017 el deshielo de los glaciares patagónicos se aceleró notablemente, según un estudio publicado recientemente por investigadores europeos en Science. Los glaciares perdieron masa un 70 % más rápido que entre el año 2000 y el 2010, lo que equivale a 21 gigatones al año o una elevación del nivel del mar de 0,06 milímetros.
Tan drástica es la situación de los glaciares patagónicos, que ya varios gigantes de hielo están retrocediendo a tal punto que algunas empresas de turismo que realizan visitas a los glaciares tuvieron que dar fin a sus operaciones. El caso del glaciar Viedma es testigo, ya que la operadora que realizaba caminatas sobre el glaciar tuvo que cesar con sus actividades debido al repentino e impredecible retroceso del hielo.
Otra actividad que tuvo que ser interrumpida fueron las excursiones en káyak por el canal Upsala, en el Lago Argentino, por el riesgo de derrumbes debido a los desprendimientos de los glaciares. Al gravísimo impacto del cambio climático, hay que sumar la insistencia del Estado argentino en continuar el proyecto de construcción de dos megarrepresas sobre el río Santa Cruz, desoyendo todas las advertencias en contra.
Pero no todas son malas noticias en el futuro de los hielos patagónicos. La jueza Macarena Marra Giménez, del juzgado 12 en lo Contencioso Administrativo, decidió agregar los pronunciamientos de numerosos expertos en la materia que advierten sobre el impacto que las represas tendrían en los glaciares, a pesar de que el Gobierno se opuso a que las cartas de los glaciólogos fueran incorporadas al expediente. Ahora se espera que se expida sobre el planteo de nulidad de la evaluación de impacto ambiental presentado por la ONG Banco de Bosques.
Fuente: La Izquierda Diario
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