Con la llegada del primer día del mes de agosto, los 8.000 habitantes de San Antonio de los Cobres, a 3.773 metros sobre el nivel del mar, amanecen como en todos los pueblos y ciudades del noroeste argentino, pintados con el gris del sahumerio de las hierbas aromáticas de la región. Según consignó Clarín, ese es el anuncio que indica que es un día especial para la región, porque comienza la Fiesta Nacional de la Pachamama de los Pueblos Andinos “El Papa Francisco I habló de la Madre Tierra, y pidió que se acaben los desmontes porque ocasionan un problema para las comunidades que viven de la recolección de los frutos del monte, de la caza y de la pesca”, dice el cacique Miguel Siares en la inauguración oficial, y agrega que “las empresas agroindustriales están acorralando cada vez más a las comunidades, sin dejarles el espacio para buscar sus alimentos. Le pedimos que acaben con los desmontes y a las mineras que no contaminen la Puna. Los aborígenes cuidan el monte; los collas, la minería”, asegura Siares. “La Pachamama está contenta. En los 20 años que cumplimos con esta fiesta, que nació para rescatar del olvido las costumbres ancestrales de nuestros abuelos, nunca tuvimos un día tan hermoso: no corre viento, está soleado y eso es una señal. La Pacha nos recibe con alegría”, asegura Teófila Urbano, coordinadora de la comisión organizadora, encargada de reunir a los principales caciques y representantes de las comunidades collas y aborígenes de las provincias de Salta y Jujuy.