La firma Prodeman levantó una planta que genera electricidad quemando cáscara de maní. Funciona desde fines del año pasado en General Cabrera. Su capacidad es de 10 megavatios de potencia (8.000 hogares), usados para el proceso de producción de la compañía y para abastecer al sistema eléctrico general.
La idea de la compañía dedicada a la producción, acopio y exportación de maní partió del sentido común: revalorizar uno de los subproductos de su cadena de valor y al mismo tiempo eliminar un pasivo ambiental y obtener un activo energético.
Así se gestó en 2012 la posibilidad de construir una Usina de Generación de Energía Eléctrica mediante el uso exclusivo de la biomasa cáscara de maní. Y desde octubre de 2016 la planta comenzó a operar al 100% de su capacidad.
El costo total de la obra superó los $ 350 millones y es uno de los orgullos de la localidad de General Cabrera, ubicada a 220 km de la ciudad de Córdoba, donde hoy viven unas 12.000 personas.
La electricidad es generada por una turbina de vapor de 10 MW (Megavatios) de potencia eléctrica, pudiendo generar 78840 MWh (Megavatios hora) anuales de energía eléctrica.
El 10% (1.000 KW) de la energía se utilizará para su funcionamiento. El 25% (2.500 KW), para el proceso de industrialización del maní en la Planta existente, lo que implica descontar aproximadamente 17.000 MWh anuales que se compra a la Cooperativa Eléctrica de General Cabrera. Finalmente, el 65% (6.500 KW) de la energía se incorpora a la Red del Sistema Eléctrico Nacional, que arroja una cantidad aproximada de 52.000 MWh anuales, y equivale a abastecer 8000 hogares al año.
Dicho de otra manera: la planta genera electricidad para que funcione la propia usina, los procesos de fabricación de Prodeman y una cantidad de hogares similar a la localidad de General Cabrera.
La Usina ecológica funciona de la siguiente manera: se acopia la cáscara de maní, se quema generando vapor de agua, luego ese vapor se traslada a una turbina donde se convierte en energìa mecánica de rotaciòn que, con un acople a un generador, se termina transformando en energía eléctrica. “La usina consta de un sistema cerrado sin extracción de vapor para procesos, donde todo el vapor de agua es condensado y vuelto a incorporar a la caldera. Las cenizas son el único residuo que se genera, el cual puede ser utilizado como fertilizante”, destacan desde la empresa enfatizando el círculo virtuoso de esa inversión.
Fuente: Enernews